Advertencia amarilla - Semanario Brecha

Advertencia amarilla

La existencia de desacople entre el crecimiento de la economía y el empleo, es un factor que preocupa al gobierno y a los trabajadores. Las razones del aumento de la desocupación –aunque todavía no aparece como una tendencia irreversible, si bien se manifiesta desde tiempo atrás– parecen provenir tanto de la característica de la matriz productiva como de la introducción de tecnología sustitutiva del hombre, en varias ramas de la producción y los servicios.

La industria manufacturera es uno de los rubros donde se registraron mayores porcentajes de desocupación / FOTO: ALEJANDRA SUÁREZ

El desempleo en el mes de marzo se ubicó en el 9 por ciento, y tomando el primer trimestre de 2017, el porcentaje es del 8,5 por ciento, por tanto un punto superior al 7,5 por ciento registrado en igual período de 2016. La cifra sorprendió al gobierno, al punto de que el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, dijo en declaraciones públicas sentirse dolido y preocupado. El porcentaje alcanzado en el tercer mes del año no encuentra mucha explicación en las esferas gubernamentales, más cuando los indicadores muestran el crecimiento del Pbi y el aumento de las exportaciones. Incluso las variantes macroeconómicas como la inflación (por primera vez en muchos años, se ubica dentro del rango meta, hoy anualizada está en el 5,58 por ciento) y el déficit fiscal (bajó al 3,4 por ciento del Pbi) muestran claras mejorías.

Los números dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística también muestran las ine-quidades por sexo y franja etaria. Por ejemplo, tomando marzo, mientras los hombres tienen una desocupación del 6,9 por ciento, en las mujeres el porcentaje alcanza el 11,5 por ciento. En los jóvenes entre 14 y 24 años, los que no tienen trabajo llegan al 25,9 por ciento (en las mujeres de esa edad trepa al 32,8). En cambio, en la franja entre los 25 y 39 años el desempleo es del 7,4 por ciento (a nivel femenino alcanza el 9,7).

Los rubros donde se registraron los mayores porcentajes de desocupación son: industria manufacturera, comercio, salud y transporte y almacenamiento. En contraste hubo un repunte en la construcción, con un incremento del empleo cercano al 9 por ciento. El director de Empleo del Mtss, Eduardo Pereyra, comentó a Brecha que en dicho sector “si bien no hay un volumen equivalente a 2013 o 2014 hay una recuperación de 11 mil puestos con respecto al mismo trimestre de 2016”.

En cuanto a las cifras generales, Pereyra señaló que es necesario “ver cómo termina de evolucionar esto, si se consolida una tendencia, que parece creciente. En 2015 sufrimos la pérdida de 27 mil puestos de trabajo, en 2016 hubo una desaceleración de esa destrucción de empleo. Ahora si se consolida ese incremento del desempleo (aunque se acerca al estructural de Uruguay), para nosotros es un dato preocupante, aunque no grave”.

CAUSAS Y CONTROVERSIAS. En un documento del Instituto Cuesta Duarte del Pit-Cnt, al que accedió Brecha, se sostiene que las cifras de empleo y desempleo del primer trimestre de 2017 “preo-cupan en la medida que convalidarían la hipótesis de que el mercado de trabajo continúa deteriorándose y no se alcanzaría esa ‘meseta’ de desempleo por debajo de 8 por ciento a la que suponíamos se había llegado en 2016. Además, dicho aumento del desempleo se concentró entre los jóvenes y las mujeres, agudizando las brechas existentes”.

No obstante, agrega que esos datos se conocen luego de un último trimestre de 2016 bastante positivo, “por lo que parece prudente esperar los datos de los próximos meses para discutir con más elementos sobre la tendencia observada”. Y curándose en salud, ante algunos planteos provenientes del empresariado, que ven en la suba de los salarios la principal causa de la desocupación, recuerdan que en períodos pasados, como en la década del 90, donde la economía también creció “sin consejos de salarios y con un fuerte proceso de precarización, desregulación y flexibilización laboral, se registró un desempeño del desempleo significativamente más crítico que en la etapa actual”. Por lo cual: “Los trabajadores no podemos permitir que este aumento del desempleo que a todos nos preocupa, sea usado por defensores del interés empresarial para amenazar la negociación colectiva, la conquista de los derechos alcanzados y la reimplantación de un modelo que promueve la flexibilización y precariedad laboral”.

Otros actores, tanto de la esfera gubernamental como académica, ven las razones del incremento del desempleo en la matriz productiva y en la introducción de tecnología que sustituye a las personas en algunas ramas. Respecto al primer razonamiento, se insiste en que el crecimiento de la producción se da en áreas con menor demanda de mano de obra, como el caso de la agropecuaria. Esta rama, junto al turismo, han sido las de mayor desarrollo, en cambio, la industria manufacturera no cesa en su declive. Además advierten (y también lo hace Pereyra) que la industria turística, a pesar de su expansión, todavía tiene un impacto zafral sobre el empleo.

En cuanto a la introducción de tecnología, el principal sector que ha podido sustituir mano de obra por sofisticada maquinaria ha sido el comercio (un sector en crecimiento, pues el consumo no se ha resentido). Hoy varias de las grandes superficies han incorporado elementos que sustituyen a los cajeros, por lo cual los clientes pueden realizar sus compras sin necesidad de requerir el servicio de personal. El jerarca del Mtss reconoció que un porcentaje de la pérdida de empleo en el comercio “tiene que ver con los temas de innovación tecnológica y el desplazamiento de mano de obra de su operativa”.

El director de Trabajo, Juan Castillo, en declaraciones realizadas ayer a Búsqueda abundó sobre el tema y sostuvo que debe haber negociaciones para “minimizar el impacto de la incorporación de tecnología en los puestos de trabajo”. Y agregó que ahora se encuentra negociando con una multinacional vinculada al rubro de bebidas, preocupado por ver cómo afectará la compra de una máquina de 10 millones de dólares, que si bien logrará incrementar la producción, “probablemente termine reduciendo el número de trabajadores”. Los datos del Ine deben disparar un debate sobre el mundo del trabajo futuro, confesó a Brecha una fuente de la Torre Ejecutiva.

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