Ausencia de pruebas - Semanario Brecha

Ausencia de pruebas

El director ucraniano Oleg Sentsov, forma parte de una ola de cineastas críticos y opositores del régimen ruso de Putin. Sentsov fue arrestado el año pasado e incomunicado, acusado de organizar una célula terrorista para desestabilizar la península de Crimea, y se encuentra desde entonces en una prisión de Moscú.

La película Gamer (2011), drama que versa sobre un muchacho adicto a los videojuegos y con problemas de integración social, recibió en su momento el elogio de la crítica y recorrió los festivales del mundo. Su director, el ucraniano Oleg Sentsov, forma parte de una ola de cineastas críticos y opositores del régimen ruso de Putin. Ahora bien, Sentsov fue arrestado el año pasado e incomunicado, acusado por el gobierno ruso de organizar una célula terrorista para desestabilizar la península de Crimea, y se encuentra desde entonces en una prisión de Moscú. El proceso está en su recta final, y en el último año las incongruencias del caso vienen siendo denunciadas por organizaciones de derechos humanos rusas e internacionales, las cuales directamente señalan al juicio en su conjunto como una gran farsa. El asunto suscitó una carta firmada por varios cineastas europeos, entre los que se encuentran Nikita Mikhalkov, Pedro Almodóvar, Mike Leigh, Wim Wenders y Bela Tárr entre tantos otros, en la que reclamaban al gobierno se pusiera en conocimiento el lugar de reclusión de Sentsov y se lo liberara inmediatamente, al no existir cargos legítimos.

Según las autoridades, el cineasta habría ordenado la ejecución de dos atentados en Simferópol, en abril de 2014. Este jueves 6, Sentsov declaró ante el juez considerarse “un activista del Maidán, lo que no significa que sea un delincuente”, señaló haber sido torturado tras su arresto y estar siendo juzgado “en un proceso falsificado”. Y recalcó: “Echamos a nuestro presidente-delincuente, y cuando su país (Rusia) ocupó Crimea yo volví allí y trabajé como voluntario, igual que en el Maidán”, pero que no exhortó a “ninguna acción que pudiera causar víctimas”.

Uno de los aspectos más absurdos del juicio a Sentsov fue cuando varios funcionarios rusos que registraron su domicilio creyeron encontrar una prueba que lo incriminaba. En un disco duro de su computadora hallaron la película El fascismo ordinario (1965), clásico documental acerca de la sociedad nazi filmado por el director soviético Mijaíl Romm. La cinta fue integrada al caso como posible “propaganda de la ideología ultraderechista” del acusado, y el fiscal, para asegurarse del valor que pudiera tener la película a la hora de reflejar su filiación ideológica, recurrió a un experto, el crítico de cine Antón Dolin. La respuesta de Dolin fue clara: el valor de prueba de la película era el mismo que pudieran tener otras creaciones artísticas, incluidas las historias del osito inglés Winnie the Pooh.

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