Dos al precio de uno - Semanario Brecha

Dos al precio de uno

Las decisiones de tener o no hijos, o hasta cuántos de ellos concebir, son cuestiones difíciles de resolver en casi todo el mundo. Salvo en China, donde desde 1979 el gobierno tomó cartas en el asunto estableciendo por ley el tope de un nacimiento por pareja. El objetivo era frenar el crecimiento poblacional. Por aquel entonces, cualquier estrategia servía para controlar la tasa de natalidad: promesas de buen empleo, premios financieros, métodos anticonceptivos accesibles. Incluso se penaba con multas y abortos forzados.

La ciudad de Yichang, en Hubei, ubicada en el centro de China, fue una de las más rígidas en este sentido, con una natalidad media inferior a un niño por pareja desde el año 2000. Con una población de 4 millones de habitantes, sin salirse de los márgenes establecidos por el gobierno nacional, había sido designada en 2010 como “ejemplo nacional”. Según la oficina de estadísticas, Yichang registró en 2014 una tasa de natalidad de 11,5 nacimientos por cada mil personas. Un año más tarde la cifra bajó a 9,2 nacimientos cada mil personas. En aquel momento, la media nacional era de 12,1 recién nacidos por millar. Con este panorama se estima que en 2050, cuando los pronósticos ubican a China como la principal potencia por su Pbi, más del 25 por ciento de su población habrá envejecido con un promedio de 65 o más años de edad.

Luego de tanto insistir con la prevención del embarazo, se dio lo esperado: el número de pobladores fue controlado hasta que la población envejecida empezó a morir. Y por ese motivo, el año pasado el gobierno abolió la ley reguladora y con la misma insistencia y mecanismos de seducción que usaba para frenar los embarazos, ahora busca desesperadamente que las jóvenes parejas se dejen llevar por sus instintos y no tengan solamente un hijo, sino dos. Incluso exhortan a los veteranos a que convenzan a sus hijos para que cumplan con la patria de esa manera.

El pedido se hizo formalmente mediante una carta enviada a los miembros del Partido Comunista y de la Liga Comunista de la Juventud que trabajan en el gobierno de la ciudad. Allí se pide que sigan nuevamente “el ejemplo” y difundan al resto de la población “los beneficios de tener dos hijos” y “los riesgos que se corren teniendo sólo uno”. El gobierno además comunica que tener dos hijos no sería un problema económico, ya que correría por su cuenta lo que tiene que ver con gastos médicos, se prolongarían las licencias por maternidad y se instalarían más guarderías e instituciones infantiles.

La carta apela al sentido común, y como en una simple regla de tres, el razonamiento lleva a que si no se procrea, la baja natalidad causará “una sociedad envejecida, escasez de mano de obra, una urbanización incompleta”. Es necesaria una población llena de vida que se haga cargo de los ancianos y sus legados. Otro de los argumentos del gobierno es pedirles a los ciudadanos que se pregunten qué sería de una vejez en soledad, sin hijos. E incluso sugieren preguntarse qué sucedería si ese único hijo muere. ¡Qué mejor que tener dos! El segundo de repuesto. Y dos al precio de uno, una ganga.

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