El feedback inesperado - Semanario Brecha

El feedback inesperado

Bajo las leyes estrictas de privacidad francesas, los padres podrían enfrentar multas de hasta 45 mil euros y un año de prisión por publicar fotos íntimas de sus hijos. Esas imágenes o videos que los padres difunden pueden derivar en burlas sangrientas en caso de viralizarse entre compañeros.

Las autoridades francesas han difundido estos días un anuncio que alerta a los padres internautas sobre las consecuencias negativas que pueden derivar de publicar fotos de sus hijos en las redes sociales, en caso de que ellos decidieran algún día denunciarlos. Y es que bajo las leyes estrictas de privacidad francesas, los padres podrían enfrentar multas de hasta 45 mil euros y un año de prisión por publicar fotos íntimas de sus hijos.

Eric Delcroix, experto en leyes de Internet y ética, señaló a The Telegraph: “En pocos años, los niños podrían llevar fácilmente a sus padres a un tribunal por publicar fotos de cuando ellos eran más chicos. (…) A menudo criticamos a los adolescentes por su comportamiento en las redes, pero el de los padres no suele ser mejor”. Por su parte, la abogada especializada en estos temas Viviane Gelles aseguró que según las leyes francesas “los padres son responsables de proteger las imágenes de sus hijos”, y por lo tanto es importante considerar las consecuencias que pudieran traerles en el futuro.

Y es que algo tan aparentemente inocente como un berrinche, una ida al baño, caídas u otras torpezas, quizá simplemente algún gracioso comportamiento temprano, podrían llegar a convertirse en un temible pretexto para el bullying en el futuro. Esas imágenes o videos que los padres difunden sin considerar sus posibles consecuencias pueden derivar en burlas sangrientas en caso de viralizarse entre compañeros.

El profesor Nicola Whitton, de la Universidad Metropolitana de Manchester, comentó a The Guardian que los problemas son predecibles, y que llegarán a oírse pronto. “Creo que vamos a recibir una reacción en unos pocos años, cuando los jóvenes comiencen a darse cuenta de que toda su vida, desde el día en que nacieron, está a disposición en las redes sociales.” Esto significa que ese contenido mediatizado, y al alcance desde cualquier computadora conectada a Internet, es factible de ser localizado y utilizado por buscadores malintencionados. Un estudio reciente de la organización británica Parent Zone, dedicada al uso responsable de Internet en las familias, señala que a los 5 años un niño suele tener ya mil fotos publicadas en las redes sociales, y que 17 por ciento de los padres que utilizan Facebook nunca cambiaron su configuración de privacidad, lo que quiere decir que tienen, por defecto, todas sus fotos visibles para cualquier navegante. Además, 25 por ciento confiesa nunca haberle pedido permiso a ninguna persona para postear sus fotos, y 53 por ciento dice haber publicado fotos de niños que no son los suyos.

Por lo pronto, la gendarmería francesa se encuentra en campaña para viralizar anuncios –también vía Facebook– que notifican a los padres sobre el peligro que pueden correr sus hijos al ser exhibidos masivamente, dando a entender que esas fotos también podrían llegar a secuestradores o pederastas. Aspectos que no suelen pasarles por la cabeza a los progenitores que continuamente difunden a sus hijos jugando en determinada plaza o chapoteando en tal o cual piscina públican.

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