El niño de Alepo - Semanario Brecha

El niño de Alepo

En cuanto a la imagen mediática del momento, corresponde preguntarse: ¿Quién tiene más experiencia en utilizar a los niños para fines mediáticos? Algunas personas podrían responder; los rusos, los chinos, los norcoreanos, los estadounidenses, los alemanes, los ingleses. Error, error y más error.

Las grandes multinacionales. Las que promueven los refrescos cola. Las que venden alimentos para recién nacidos. Las que ofrecen pañales. Y una larga lista de especialistas en marketing que colocan a los niños como carnada para que sus padres, quienes llevan la tarjeta de crédito, acudan prestos al shopping.

La sospecha de que la imagen del niño de Alepo no proviene de este enervante currículum marketinero radica en que pudo ser el modo elegido para denunciar los bombardeos rusos a los terroristas, que para Occidente son combatientes islámicos “moderados”, aunque se levantaron en armas contra un gobierno reconocido. Por lo menos, tan o más reconocido que las petromonarquías que nadie en Occidente pone en cuestión.

Dos medios han denunciado estos días que la foto del niño de Alepo puede ser un montaje. La emisora oficial china Cctv dijo que el niño con la cara ensangrentada y cubierto de polvo en una ambulancia “puede ser falso” y ser en realidad un montaje de “propaganda de guerra”. La emisora cree que la rapidez con que apareció una cámara para enfocar y filmar al niño es muy sospechosa. En su opinión, se trata de “crear una excusa humanitaria para que los países occidentales se involucren en Siria” (Asia Times, 22-VIII-2016).

En la otra punta del mapa geográfico, Paul Craig Roberts, ex secretario adjunto del Tesoro estadounidense del gobierno de Ronald Reagan y ex editor de The Wall Street Journal, sostiene que “los medios de comunicación de Washington están utilizando la imagen del niño para ejercer presión sobre Rusia para detener al ejército sirio de volver a tomar Alepo” (paulcraigroberts.org, 19-VIII-2016).

Según su denuncia, el objetivo de la Casa Blanca es evitar la liberación de Alepo de los yihadistas del Estado Islámico para dividir Siria en dos partes y mantener así la presión sobre el régimen de Al Asad. Pero va mucho más lejos. Recuerda “las decenas de miles de niños que las guerras y bombardeos de Washington a siete países musulmanes han matado, sin lágrimas derramadas por las cadenas de la Cnn. Y no olvidemos los 500 mil niños iraquíes de los que las Naciones Unidas concluyeron que murieron como resultado de las sanciones de Estados Unidos contra Irak”.

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