El tiempo no para - Semanario Brecha

El tiempo no para

Parece que el nuevo Instituto de Traumatología, que será inaugurado en el Edificio Libertad, comenzará a funcionar en setiembre. Pasaron nueve años desde que Tabaré Vázquez lo anunció en su primera presidencia. El traumatólogo Fernando Nin, hermano del canciller, será quien dirigirá el nuevo centro.

Foto Pedro Pandolfo

Que el tiempo es relativo, ya lo dijo Einstein. Pero si se pasa a escenarios menos teóricos y más terrenales: ¿cuántos años podría tomar convertir tres pisos de un edificio en un hospital? Por lo menos en el caso de las obras del futuro Centro Hospitalario Libertad fueron necesarios nueve años. Bastante más tiempo que el que llevó el reacondicionamiento del Hotel Carrasco y la Terminal Tres Cruces, o la construcción de su vecino, el shopping Nuevo Centro. Ahora la promesa de que será éste el año de la esperada inauguración se combina con una señal concreta: el nombramiento de nuevas autoridades en el Instituto Nacional de Ortopedia y Traumatología (Inot), institución que tendrá su sede en ese hospital.

Más vueltas que una calesita. Corría marzo de 2006 cuando Vázquez anunció que el Edificio Libertad, hasta entonces sede de la Presidencia, sería convertido en un hospital para pacientes agudos y en especial para accidentados graves. Más allá de las distancias burocráticas que separan a una obra privada de una estatal, los tiempos superaron ampliamente los pronósticos. Los estudios de viabilidad de las obras fueron lo primero, y en marzo de 2009 el mandatario entregó oficialmente las llaves del Edificio Libertad a la Administración de Servicios de Salud del Estado (Asse).
En aquel momento el doctor Mauricio Ardus, en ese entonces director de Hospitales Especializados y hoy vicepresidente de Asse, dijo a Últimas Noticias que estaba previsto que las obras se iniciaran a mitad de ese año y tuvieran una duración de entre 18 y 24 meses, finalizando a mediados de 2011. El diseño realizado por el estudio de arquitectos Thomas Sprechmann, Marcelo Danza y Jorge Tuset sería ejecutado por la constructora Stiler SA, ganadora de la licitación pública.
Pero los pronósticos fueron muy diferentes a la realidad. En agosto de 2010 los entonces directores de Asse, Alfredo Silva y Wilfredo López, explicaron que la construcción no había comenzado porque se había decidido incluir la obra en el presupuesto quinquenal de ese año, que todavía no se había votado. A eso se le sumó la impugnación presentada por Campiglia Construcciones contra la adjudicación del proyecto a Stiler. El recurso pretendía la anulación del procedimiento licitatorio, petición que no fue concedida por Asse, pero que enlenteció todo el proceso.

Empezó 2011 y a fines de enero Ángel Peñaloza, entonces vicepresidente de Asse, dijo a la prensa: “Ya estamos en condiciones de adjudicar la obra, el directorio lo tiene en el orden del día”.

Después de tanto tiempo, lo que Vázquez había propuesto como un hospital de agudos fue reconsiderado y se convertiría en el Centro Nacional de Trauma (Cenatra). La necesidad de que Montevideo contara con un centro de estas características dada la prevalencia de los accidentes de tránsito era manejada por variados académicos, por eso se había pensado que el Cenatra incluiría al Instituto de Traumatología, y que se encargaría de tratamientos que hasta el momento se hacían en el hospital Pasteur, y que implicarían una atención integral del paciente.

Pasó un año más y hubo otro cambio de planes. El año 2012 vino con múltiples contratiempos para el ente de la Salud Pública, ya que observaron la inviabilidad de reunir en un mismo edificio al Centro Nacional de Trauma y a las oficinas administrativas de Asse, como estaba previsto. Incluso las autoridades llegaron a anunciar en la prensa que las oficinas no funcionarían más en el Edificio Libertad y que en su lugar se alojarían exclusivamente el Inot y los servicios del Hospital Filtro. Pero tampoco esa idea llegó a concretarse y las oficinas de Asse se trasladaron allí de hecho. Así comenzaron a funcionar en la ex casa de gobierno, con la condición de que el Inot sería el único en mudarse al futuro hospital Libertad.

El 20 de noviembre de 2013 Beatriz Silva –presidenta del Inot en ese momento– recorrió, acompañada por la prensa, las instalaciones del Centro Hospitalario Libertad. La construcción estaba casi lista y parecía que ya nada más podía pasar, por lo que declaró a los medios que estaría terminado en marzo de 2014.

Pero tampoco fue así, y el 16 de julio del año pasado explicó públicamente que la obra había sufrido las demoras propias de este tipo de proyectos y que la empresa constructora “confirmó la entrega para la primera quincena de agosto. Luego de esa entrega se requiere de la instalación de los equipos nuevos que se van a comprar para el hospital, y estamos pensando que la mudanza del Instituto de Traumatología va a estar cerca de fin de año”. Pero aclaró que el traslado dependería de la situación asistencial de los pacientes que se encontraran en el Inot en el momento del traslado. A fines de octubre del mismo año declaró que había nuevas demoras y la mudanza se llevaría a cabo en el primer semestre de 2015.

NOS VAMOS PONIENDO VIEJOS. ¿Y ahora qué sucede? El primer semestre del año terminó y el Inot sigue donde estaba. Las autoridades de Asse no dieron respuesta a los reiterados llamados de Brecha, pero fuentes cercanas a la dirección de Asse afirmaron que el hospital Libertad se inauguraría en el mes de setiembre del corriente año.

El ex subsecretario del Ministerio de Salud Pública Leonel Briozzo dijo a Brecha: “El año pasado estuve y ya estaba pronto, tanto el block quirúrgico como todo el resto de las instalaciones, pero no sé en este momento”. Alicia Ferreira, ex gerenta general de Asse y actual directora del Fondo Nacional de Recursos, coincidió en el diagnóstico y dijo que desconocía la situación actual. “Cuando yo me fui la parte de hospital estaba muy avanzada. Quedaban detalles. Lo más complejo es la mudanza.” Y consultada a propósito de la posible apertura del recinto en el correr de este año respondió que “depende de las decisiones de los que están ahora gestionando Asse”.

La idea es que el Centro Hospitalario Libertad cuente con 31 salas con baño privado, que albergarán dos camas por sala, con mobiliario adecuado para el descanso confortable de los acompañantes, describió Beatriz Silva durante su gestión. Una emergencia con puesto de atención especial y un block quirúrgico completarán el escenario, con una entrada independiente a la del área de oficinas.

Silva había dicho el año pasado que se había reevaluado la posibilidad de que fuera un hospital de politrauma grave porque esa función la está cumpliendo el hospital Maciel, “que tiene además del acceso aéreo un mucho mejor acceso terrestre que el que tiene hoy esta planta (la del Edificio Libertad), producto del crecimiento urbano que ha tenido el barrio”. Es que la zona convoca un mayor flujo de personas desde la apertura del shopping Nuevo Centro a pocos metros de allí.

La inversión de más de 20 millones de dólares apuesta a fortalecer la red pública de atención, en tanto el edificio que actualmente aloja al Inot albergará al Servicio Nacional de Sangre.

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Otro Nin Novoa

Graciela Ubach terminó en sus funciones como directora del Inot el pasado martes 30 de junio, luego de más de tres años de gestión. El sustituto fue presentado el pasado viernes 3 de julio y se trata de Fernando Nin Novoa, hermano del canciller de la República, Rodolfo Nin Novoa.

El traumatólogo ya dirigió el Inot entre 2007 y 2010, y entre otras experiencias presidió la Sociedad Uruguaya de Columna Vertebral. En diálogo con Brecha, Nin Novoa comentó que fue “muy bien recibido” y sus expectativas son altas. “No es lo mismo que en el año 2007 cuando estuve. En ese momento no había dirección, había un lío con la interna del gremio. Nosotros tuvimos que poner eso en orden, y ahora no. La casa ya está en orden. Queda conocer los detalles”, comentó.

A propósito del cambio de locación, dijo que visitó las obras del Centro Hospitalario Libertad y está prácticamente pronto, a excepción del sector administrativo. “La mudanza es todo un tema, el instituto se formó en 1941 y hay mucha cosa que ordenar. Ver qué se lleva y qué no. El archivo tiene más de 360 mil historias clínicas que hay que ordenar porque no pueden desecharse. Además está el tema del equipamiento. Vamos a necesitar mucha ayuda, estamos viendo si lo hacemos en dos etapas o en una, y necesitamos otro hospital que apoye en lo asistencial”, explicó.

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De la casa

Según dijo a Brecha el presidente del sindicato de funcionarios del Instituto de Ortopedia y Traumatología, Gustavo de León, la relación del sindicato con Nin Novoa durante su gestión anterior “no fue mala. Tuvimos nuestras cosas, pero llegamos a acuerdos importantes y esperamos que sea así de nuevo. La otra vez lo sacaron, entre otras cosas, porque firmó acuerdos con nosotros. Convenios que después Asse no quería reconocer, decían que no eran valederos, pero estaban firmados y tuvieron que respetarlos”, expresó.

“De todas maneras –repuso–, tenemos la experiencia de que vienen con otra idea”, dijo, haciendo alusión a las variantes que procuran los directores en sus segundas gestiones. De León tiene la promesa de Nin Novoa en cuanto a una pronta mudanza y que el edificio está casi terminado, “pero eso ya lo escuchamos antes”. De todas maneras expresó su alegría a propósito de la mejora de las condiciones asistenciales que implicará el nuevo centro. “Hoy hay salas de quince o veinte personas, y el hospital va a tener salas de dos y tres personas, eso es bueno. Pero no sabemos qué va a pasar con el número de camas. En la actualidad hay 96 camas en Traumatología y siete u ocho en Emergencia. El hospital nuevo va a tener 15 camas en Emergencia, pero nos confirmaron que sólo 61 camas en Traumatología. Más de 30 camas menos que lo que tenemos ahora, y siempre está completo.”

El desafío, según analizó, va a ser que la planta esté adaptada a la práctica traumatológica. “Por ejemplo, en la sala de yeso donde trabajo se hacen yesos minerva (se aplican alrededor del cuello y el tronco luego de cirugías de cuello o espalda), para los que se cuelga prácticamente al paciente, que se sostiene de unas vigas por medio de cables, para mantener las cervicales bien estiradas. Para esto se necesita un amuramiento firme, porque al paciente le va la vida en eso, y hasta hace un tiempo en el nuevo centro había paredes de yeso…” Consultado sobre ese punto, Nin Novoa dijo que el problema ya estaba solucionado.

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Errata

En el texto principal en lugar de «el 20 de noviembre de 2013 Beatriz Silva -presidenta del Inot en ese momento-» debió figurar «presidenta de ASSE». El error fue ajeno a la periodista. Las disculpas a los lectores.

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