Inquilino indeseado - Semanario Brecha

Inquilino indeseado

“La gotera”

“La gotera”

Escrita, interpretada y dirigida por Franklin Rodríguez, esta obra estrenada en Espacio Teatro parte de una situación doméstica para desarrollar una comedia que también tiene giros de tragedia y que habla mucho sobre la complejidad de las relaciones humanas. Una mujer (María Filippi) contrata a Sergio, un sanitario (Franklin Rodríguez), para que repare una gotera en su baño. Hasta ahí todo parece ser normal, pero poco a poco este hombre se va transformando en un invasor con ribetes siniestros.

El conflicto se plantea desde el inicio, y si bien parece que puede agotarse en pocos diálogos, Franklin trabaja sobre la sorpresa y el absurdo, y escena tras escena deja entrever ciertos comportamientos de ese sanitario que lo vuelven un personaje de temer. Hay una pulseada entre dos polos opuestos: la mujer instruida, profesora de música clásica, y el sanitario a quien le gusta la cumbia. Esta construcción de dos clases sociales y culturales que chocan y caen en la incomprensión puede resultar bastante llana y hasta simplista, pero desde esa base el autor desarrolla para ambos personajes una psicología compleja: él, un hombre del que desconocemos su pasado y que comienza a tener conductas atípicas y patológicas; ella, una mujer atravesada por la soledad que cae en el juego enfermizo de su oponente.

De fondo surgen cuestiones como la invasión del espacio del otro, la lucha de poder basada en el conocimiento, la manipulación y el acoso, y la vulnerabilidad de las personas solitarias. Para dar un poco de respiro a la pulseada entre estos dos personajes, Rodríguez introduce a un tercero, la vecina y amiga abogada (Carolina Cancela), participación que resulta forzada pero agrega el límite del afuera, además de incorporar la mirada legal sobre lo que se ha convertido en un problema serio. Un logro del autor es reunir todo este bagaje en una puesta que resulta ágil y que no pierde jamás el tono de comedia. La risa se despierta ante la sostenida transformación de este sanitario en un inquilino que cada vez se toma más atribuciones y que termina por convertirse en una pesadilla. Franklin trabaja esta invasión creando imágenes sobre el uso de los diferentes ambientes de la casa, desde los espacios sociales hasta los rincones más íntimos.

Una comedia negra que invita a reír y reflexionar, con el sello de humor de los textos de Franklin Rodríguez, La gotera transita por situaciones de absurdo y por momentos con saltos forzados que se tornan inverosímiles. Franklin encaja como siempre en la piel de su personaje, bien acompañado por los contrapuntos a cargo de Filippi en un texto que, en la trayectoria del autor, resulta una pieza menor.

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