Por primera vez en los 70 años de historia de la organización internacional integrada por 193 países se presentan ocho candidatos para ocupar el lugar del surcoreano Ban a partir del 1 de enero próximo. Según dijo Mogens Lykketoft, presidente de la Asamblea General, reunida entre el 12 y el 14 de abril para escuchar a los ocho candidatos, será la elección más transparente y democrática de la historia de las Naciones Unidas, porque habrá dos rondas de presentaciones de los aspirantes ante el pleno de la asamblea y los ciudadanos podrán seguir los eventos por las redes sociales. Los cuatro hombres y cuatro mujeres hablaron con locuacidad ante los delegados y las cámaras de tevé que retransmitieron por el canal de la Onu cada detalle a todo el mundo, para proponer su programa de acción en caso de ser electos.
El próximo encuentro de los ocho postulantes será en junio, y un mes después llegará la elección definitiva a mano alzada en el Consejo de Seguridad, integrado por los cinco eternos e inamovibles miembros: Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, China y Rusia. Cualquier candidato deberá ganarse esas cinco simpatías o no tendrá chance y será vetado.
Habitualmente el cargo de secretario general recae en personajes más o menos inofensivos para las políticas externas de los cinco grandes. La preselección de los candidatos parece dejar más conformes a los occidentales. Seis de los ocho postulantes provienen de Europa del este (Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro, Bulgaria y Moldavia) y los dos restantes de Nueva Zelanda y Portugal.
Vesna Pusic condujo la diplomacia croata entre 2011 y enero pasado y es actualmente vicepresidenta del país. Miembro del Partido Popular Demócrata Liberal, es una reconocida militante a favor de los derechos gay lésbicos y la igualdad de género. Pero quizá la labor que mejor la posiciona para el cargo que busca fue llevar, entre 2005 y 2008, a su país hacia la integración con la Unión Europea. Srgian Kerin fue responsable de Relaciones Exteriores de Macedonia y efímero titular de la Asamblea General de la Onu en 2002. El esloveno Danilo Turk fue presidente de su país entre 2007 y 2012, trabajó en la declaración de las Naciones Unidas sobre el derecho al desarrollo de los países periféricos y fue mano derecha de Kofi Annan cuando el ghanés estuvo al frente de la Onu, en 1997. El juvenil Igor Luksic, ex ministro de Finanzas de Montenegro y miembro del Partido Democrático Socialista, tiene apenas 39 años y es un hombre de confianza de la Otan, dato que lo pone en la mira de Rusia, que tampoco ve con buenos ojos a la ex canciller de Moldavia Natalia Gherman, que se opuso a Moscú en la disputa por Transnistria, un islote comunista escindido de Moldavia en 1992.
Los tres últimos nombres son los que parecen sonar con más chances. Irina Bokova, directora de la Unesco desde 2009, es una diplomática de carrera y miembro del Partido Socialista búlgaro –heredero del Partido Comunista, que gobernó el país hasta la caída del muro de Berlín, en 1989–, y mostró suficiente cintura para evitar enfrentamientos en el seno del sistema de gobernanza internacional. La otra mujer es Helen Clark, primera ministra de Nueva Zelanda durante tres períodos y desde 2009 titular del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Conoce los entresijos de la Onu como pocos y su condición de mujer la favorece. El portugués António Guterres también cuenta con posibilidades de suceder a Ban. Presidió la Internacional Socialista, fue mandatario en su país entre 1995 y 2001 y fue alto comisionado para los refugiados entre 2005 y 2015, década de fuertes desplazamientos humanos provocados por guerras en los Balcanes, Oriente Medio y África. La ruleta ya empezó a girar y se detendrá en julio.