Luego del monumental proyecto sobre José Pedro Varela, que insumió a Tomás de Mattos varios años y se materializó en dos gruesos volúmenes,1 no sorprende que el narrador de Don Candinho o Las doce orejas sea un maestro de escuela. Ya no estamos frente a la rebelión de una mujer que lee los archivos de manera diferente, la Josefina Péguy de ¡Bernabé, Bernabé! y La fragata de las máscaras ni de otra manera, ante la obra sobre el iniciador de una forma nueva de educación popular. Pero a un autor como Tomás de Mattos, que reivindica en su literatura la aspiración a la verdad, le importa siempre el juego de versiones que permite confrontar las subjetividades desde las que se conocen e interpretan los hechos.
En el primer capítulo de Don Candinho… el maestro se presenta. Nació en Montevideo e...
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