La sorpresa de una voz sorprendente - Semanario Brecha

La sorpresa de una voz sorprendente

Básicamente podemos clasificar a Natalia Pasarisa como una típica baladista uruguaya, aunque ella define sus canciones como “paisajes sonoros latinoamericanos”, en tanto su música tiene reflejos de otras músicas regionales y no sólo ritmos locales como milonga y candombe.

Natalia Pasarisa nació en Ámsterdam, Holanda, aunque de hecho es una cantante uruguaya, al punto que se ha formado junto a Esteban Klísich, maestro de más de una generación de cantautores locales.

La artista llega a su primer disco, integrado por 14 composiciones propias, contando con la multifacética personalidad de Dany López como pianista y coproductor y una extensa banda de notables músicos, entre otros Tato Bolognini en batería y percusión, Gerardo Alonso en contrabajo, Guzmán Escardó en guitarra y charango, Pablo Somma en flauta, y Julián Croatto, Eduardo Mauris y Toto Méndez en guitarra.

Básicamente podemos clasificar a Natalia Pasarisa como una típica baladista uruguaya, aunque ella define sus canciones como “paisajes sonoros latinoamericanos”, en tanto su música tiene reflejos de otras músicas regionales y no sólo ritmos locales como milonga y candombe.

Natalia canta con una voz realmente hermosísima, de timbre agudo, clara como una campana, de perfecta afinación y emisión cristalina, en notas largas y sin vibrato alguno, que es realmente un deleite y seduce al instante. Su timbre tiene a la vez mucha sensualidad y un toque como ingenuo que lo hace irresistible.

Sus composiciones son muy interesantes y revelan a una autora más que atendible a la que a partir de ahora habrá que tomar muy en cuenta.
Los textos también son muy valiosos, por más que ninguno resulte auténticamente excepcional.

Hay mucho y muy bueno en este Cercana lejanía. “Aclara” abre el disco con un clima baladístico realzado por una vocalización muy bella, desde una linda melodía y un arreglo donde se destacan piano y cuerdas. Asimismo son particularmente disfrutables “Punta Colorada”, también baladística, el interesante candombe “Kamba cuá”, con un gran trabajo de guitarras lideradas por el siempre eficiente Toto Méndez, la lenta y etérea milonga “Sin decir adiós”, donde la voz de Natalia y la conmovedora simpleza del glockenspiel con su sonido de campanitas resulta muy emocionante, la canción en portugués “Cade”, la milonga escrita en holandés “Waar is mijn land?”, que incluye fragmentos de la voz de Natalia grabada en Holanda en 1984 cuando era una niña pequeña, y la peculiar “Bichos”, cuyo texto enuncia diversos animales de la fauna local.

Hay que señalar que el disco tiene un notable diseño gráfico que combina el arte de Melmack Producciones con magníficas y creativas fotografías de Rafael di Candia, que se ofrecen en un pequeño mazo de láminas independientes incluidas en un sobre dentro del encarte, ilustrando una a una las letras en una idea realmente estupenda.

Atención con Natalia Pasarisa. Tiene mucho talento y se presenta con esta edición muy cuidada y llena de sensibilidad y grandes ideas.

Cabe esperar mucho de bueno de sus futuros trabajos, mientras desde ya podemos disfrutar de este disco cálido, creativo e inteligente.

Cercana lejanía. Natalia Pasarisa. Perro Andaluz, 2014.

Artículos relacionados