Lopérfido, renunciá - Semanario Brecha

Lopérfido, renunciá

“Así como les pedimos al principio que por favor apaguen los celulares, ahora si quieren los pueden volver a prender, o sacar fotos, o filmar, para que puedan grabar algo que queremos hacerles escuchar”, dijeron durante los mismos días y en varias salas de teatro los participantes de decenas de obras que tuvieron lugar en diferentes puntos de Buenos Aires. A continuación, pusieron una grabación en la que se oía la voz de Darío Lopérfido, ministro de Cultura de Buenos Aires, en un pasaje de la entrevista que tuvo lugar hace un par de meses y que le hizo Luis Majul en el balneario Pinamar, como parte del ciclo de verano Margen del Mundo. Entre otras declaraciones, el ministro macrista había dicho: “No tengo ningún inconveniente en decirlo: en Argentina no hubo 30 mil desaparecidos, fue una mentira que se construyó en una mesa para obtener subsidios”, y más adelante: “Hubo muertos por dos bandas armadas, donde la población estaba en el medio. Y que se haya hecho una exaltación de esa época es seguir construyendo sobre la mentira”.

Terminada la grabación, los diferentes oradores señalaron que en otras salas otros representantes de la cultura estaban haciendo en ese momento lo mismo que ellos: “Los trabajadores de la cultura de Buenos Aires no vamos a convalidar con nuestro silencio que un ministro de Cultura ofenda a las víctimas del terrorismo de Estado. Dado que las declaraciones de Darío Lopérfido fueron públicas, insistimos en que el ministro debe renunciar. Es inaceptable tener como ministro de Cultura a una persona que reincide en declaraciones negacionistas, provocadoras, y que actúa como punta de lanza del intento de reinserción de la teoría de los dos demonios. Nos solidarizamos con madres, abuelas, familiares e hijos de detenidos desaparecidos, y siguiendo su ejemplo, declaramos a Darío Lopérfido como persona no grata. Insistimos e invitamos a que nos acompañen con su pedido de alejamiento”.

El Bafici terminó en estos días, pero no fue una edición común y corriente. Esta vez la usual maratón de películas vino acompañada de un adicional inesperado, prácticamente una yapa para los asistentes: los abucheos y pedidos de renuncia a Lopérfido. Así fue que, al atardecer del domingo 17, en la cola de una de las principales sedes del festival, el Village Recoleta, la gente luego de reconocerlo lo interceptó para increparlo. En un comienzo Lopérfido se detuvo a discutir con ellos, pero al ver que cada vez más gente se sumaba a la discusión, obsequiándole con elogios del tipo: “Sos una vergüenza para la cultura nacional”, debió esconderse por un rato en la librería que se encuentra a un costado del Village. Cuando al cabo de un rato salió, los abucheos fueron aun más enérgicos. Lopérfido debió cambiar su estrategia confrontativa por una presurosa huida. Un gentío que superaba el centenar de personas –suelen ser muchos más los que engrosan las filas de las salas a esa hora– comenzó a gritarle: “¡Que renuncie! ¡Que renuncie!”.

El asunto no quedó por ahí, luego de varias películas, en las tradicionales charlas con el público, realizadores de todo porte se sumaron a la campaña de repudio a Lopérfido, haciéndose eco de los organismos de derechos humanos y de la enorme cantidad de referentes culturales que, a nivel internacional, vienen señalándolo como persona non grata.

Designado en su momento por Macri como director del teatro Colón, Lopérfido pasó ahora a las grandes ligas. Quizá su mayor mérito en el pasado haya sido casarse con Esmeralda Mitre, hija del dueño del diario La Nación. De su formación cultural no es mucho lo que pueda decirse: no terminó el liceo, comenzó una carrera de abogacía sin concluirla y trabajó en una agencia de publicidad, como cadete.

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