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Me logueo, luego existo

Las aplicaciones de citas, de taxis, de alquiler ya están instalados en todo el globo. Entre medio de los choferes y los pasajeros, de los propietarios y los inquilinos, se consolidan megaempresas con las fichas puestas en el marketing y en el lobby. Los intermediarios del siglo XXI buscan su mordida.

Existen aplicaciones más allá de la App Store. No solo Uber y Airbnb lo son, también Facebook, Twitter, Youtube, Netflix. Tal vez el concepto de plataforma virtual dé más en la tecla y permita palpar que hay aplicaciones que brindan servicios y otros contenidos. La inmediatez, característica de estos tiempos en los que la oferta y la demanda se actualizan sin la necesidad de cliquear F5, se inmiscuye en cada ámbito de la vida.

Esta “nueva matriz tecnológica cambia la forma de estar en el mundo” y los aspectos vinculados a “lo espacial, lo temporal y lo vincular. Si buscás una información y la obtenés en 0,041 segundos, porque Google se encarga de decírtelo, vas a esperar ese ritmo en muchas otras cosas, tu cerebro se empieza a formatear de esa manera”, dice Roberto Balaguer, psicólogo e...

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