Se busca libretista - Semanario Brecha

Se busca libretista

En “Mortdecai, el artista del engaño” Johnny Depp lleva un ensortijado bigote y se dedica a las estafas de alto vuelo y de corte internacional, en este caso, una valiosa pintura de Goya.

Johnny Depp

Dada la facilidad que Johnny Depp parece tener para transformarse en los personajes más disímiles, no resulta extraño que para esta nueva película que el actor, por otra parte, coproduce, haya decidido meterse en la piel de un aristocrático pillo británico de cabellos castaño claro y ensortijado bigote que le produce náuseas a uno de sus seres más queridos. El hombre se dedica a las estafas de alto vuelo y de corte internacional, como es el caso de una valiosa pintura de Goya que nadie sabe muy bien dónde se encuentra y que él se apresura a negociar mientras corre de un lado a otro y de país en país. Un asistente dispuesto a todo por proteger a su amo y una esposa bastante fatigada de escuchar las promesas a menudo incumplidas de un artista del engaño en quien cada vez cree menos, acompañan al tal Mortdecai en esta aventura a lo largo de la cual asoma una variada gama de rostros más bien ubicados del otro lado de la ley.

Nada de lo que antecede luce descabellado para sazonar una comedia sofisticada que obliga a sus protagonistas a vestirse con elegancia y tomar aviones cada poco tiempo para salirse con la suya. Hace años, un libretista y director como Blake Edwards obtenía los mejores resultados apelando a ingredientes de ese calibre, sobre todo cuando, además, se aseguraba la colaboración de Peter Sellers para encarnar siluetas capaces de internarse en las complicaciones más incómodas. Por ahí andan Un disparo en la sombra y varios episodios de La pantera rosa para probarlo. Y para probar también que el realizador David Koepp, por ahora, se halla a muy considerable distancia de un Edwards que sabía lo que escribía. Koepp no escribe ni tiene en quien apoyarse que lo sepa hacer. El asunto entonces se mueve con rumbo incierto de principio a fin, en lugar de ingenio maneja ocurrencias que no logra justificar, incurre en el mal gusto de palabra y hecho y acude a chisporroteos técnicos que buscan llenar el ojo de espectadores tan distraídos como para no darse cuenta de que lo que aquí hacía falta era una buena historia. Los capitales ingleses quizás empujaron a Depp y buena parte del elenco a olvidar sus orígenes estadounidenses, y por allí irrumpen Gwyneth Paltrow y un casi irreconocible Jeff Goldblum esforzándose al máximo para hacer creíbles y graciosas las escenas que les depara un guión tan poco inspirado. El pobre Depp se ve asimismo especialmente perjudicado al tratar de sacar adelante una figura tan acartonada que no le depara otra salida que la sobreactuación. No le vendría mal a este desnorteado equipo ponerse a ver cualquiera de las aventuras del inspector Clouseau para apreciar hacia dónde se puede muchas veces apuntar y acertar.

http://youtu.be/yWOcf3sYqLc

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