Las más recientes estimaciones de la Organización Mundial de la Salud confieren a la violencia contra las mujeres el rango de pandemia. Como fenómeno, ésta es prácticamente tan antigua como la humanidad. Sin embargo algo ha cambiado en las últimas décadas, y lo ha hecho en forma acelerada: esa realidad ha sido reconocida como problema y progresivamente redefinida: de asunto individual, privado y perteneciente a lo sumo a la “baja política”, pasó a ser considerado un problema social, público y merecedor de atención a nivel global.
La cobertura periodística es indicativa de este cambio, no sólo porque ha crecido exponencialmente en los últimos años, poniendo el tema sobre el tapete, sino también (y de modo más relevante) porque ha desplazado gradualmente su marco interpretativo, desalojan...
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