La derrota más temible - Semanario Brecha

La derrota más temible

En octubre del año pasado, el programa llamado Google AlphaGo le ganó cinco partidos al campeón europeo Fan Hui, siendo esta la primera vez en que una computadora le ganaba en ese juego a un campeón profesional. El desafío próximo de AlphaGo será competir en marzo en Seúl contra el surcoreano Lee Se-dol, reconocido como el mejor jugador de go del mundo en la última década.

Desde que en 1996 el ordenador de Ibm Deep Blue le ganó una partida de ajedrez al campeón mundial Gary Kasparov, el reto más ambicioso para los desarrolladores de inteligencia artificial (IA) fue el de concebir un programa capaz de un triunfo similar en otro juego, más complejo y difícil de dominar. La IA también ha sido capaz de ganarle a campeones mundiales de damas y backgammon, pero hasta ahora no había logrado el desafío concreto de ganar profesionalmente una partida de go. Este juego fue inventado hace milenios en China, y la escritura más antigua que a él hace referencia tiene más de 2.500 años. Una de las leyendas existentes en torno a su origen relata que el emperador Yao (2337-2257 a C) había solicitado a uno de sus consejeros que diseñara un juego para ejercitar a su hijo en la concentración, la disciplina, la paciencia y el equilibrio, ya que, como se supone, era un auténtico desquiciado. Más adelante el go sería considerado una de las cuatro artes tradicionales chinas, junto a la caligrafía, la pintura y la interpretación del instrumento musical guqin.

Y es que, a diferencia del ajedrez, las piezas no tienen una posición de partida sino que pueden ser colocadas en cualquier sitio en el tablero, aumentando la complejidad y las variaciones de juego. La cantidad de posibles partidas es infinita, aunque las reglas sean sumamente sencillas: se trata de ganar espacios sobre una cuadrícula mediante la utilización de fichas, llamadas piedras, intentando envolver a las del contrincante y dominar la mayor cantidad de territorio posible.

En un histórico torneo a puertas cerradas en octubre del año pasado, el programa llamado Google AlphaGo le ganó cinco partidos al campeón europeo Fan Hui, siendo esta la primera vez en que una computadora le ganaba en ese juego a un campeón profesional.

Según explican los diseñadores de AlphaGo, la IA utiliza redes de “valor” para evaluar las posiciones y “redes políticas” para seleccionar movimientos. Además el programa va adquiriendo “experiencia” mediante el acierto y el error en millones de partidas contra sí mismo, lo que lo convierte en un rival crecientemente temible. El desafío próximo de AlphaGo será competir en marzo en Seúl contra el surcoreano Lee Se-dol, reconocido como el mejor jugador de go del mundo en la última década.

Si pensar en una computadora que se enseña a sí misma a ganar ya es un tanto inquietante, los desarrolladores parecerían sumarle incomodidad a este asunto señalando que la estrategia aquí implementada podría aplicarse para que la IA pueda resolver problemas complejos y tomar decisiones, ya sea a la hora de realizar ciertos diagnósticos médicos o desarrollando investigaciones científicas. Aquí es cuando la imaginación apocalíptica se dispara. Una de las grandes preguntas que se han hecho los escritores de ciencia ficción respecto de las computadoras y el hombre es cuál de ellos domina, y esta clase de competición reaviva su pertinencia.

 

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