La izquierda pierde peso territorial - Semanario Brecha

La izquierda pierde peso territorial

En las elecciones municipales y regionales del domingo pasado en Colombia hubo dos grandes perdedores: la izquierda y los seguidores del ultraderechista ex presidente Álvaro Uribe. Juan Manuel Santos, el actual presidente, reforzó en cambio su poder con la conquista o mantenimiento de varias gobernaciones y alcaldías.

Enrique Peñalosa / Foto: AFP Guillermo Legaria

Esta elección era considerada particularmente importante porque de ella saldrán las autoridades que tendrán a su cargo implementar sobre el terreno los acuerdos de paz que están negociando en Cuba el gobierno de Santos y la guerrilla de las Farc, y que en principio serían firmados en marzo próximo. Los 34 millones de personas habilitadas para votar estaban llamadas a elegir a los gobernadores y diputados de los 32 departamentos del país, así como a los alcaldes y concejales de los 1.102 municipios.

La izquierda perdió su principal bastión, la capital, gobernada hasta ahora por el ex guerrillero Gustavo Petro. Su candidata a sucederle, la joven Clara López, se ubicó en tercer lugar, con 18 por ciento de los votos, algo más de la mitad del triunfador Enrique Peñalosa, un ex alcalde de la ciudad que se presentaba por Cambio Radical, integrante de la coalición gobernante Unidad Nacional. El postulante por el Centro Democrático, de Uribe, apenas tuvo el 12 por ciento. La alcaldía de Bogotá es, después de la presidencia de la república, el cargo de elección popular más importante de Colombia. En los tres últimos períodos de gobierno estuvo en manos de la izquierda, que también redujo su tamaño electoral el domingo en otras regiones. “Hay que reinventar el proyecto político de la izquierda”, dijo David Florez, de Marcha Patriótica, un movimiento a través del cual se prevé que las Farc, cuando dejen las armas, se lancen a la vida política.

En Medellín, la segunda ciudad del país, quien perdió en su feudo fue el uribismo “oficial”, aunque el ganador, Federico Gutiérrez, es considerado un uribista “informal”, con ideas de mano dura y limitación de los derechos individuales similares a las del ex presidente. El Centro Democrático aspiraba a conquistar tres alcaldías importantes y cuatro gobernaciones, pero sólo ganó, y en coalición, en dos provincias que no tienen mayor relevancia a la hora de implementar los acuerdos de paz. El uribismo conserva, de todas maneras, un peso nada desdeñable a nivel de cargos intermedios de gestión territorial. “De manera general ha triunfado la coalición de gobierno y han salido derrotados tanto la oposición que lidera el ex presidente Uribe como la izquierda”, comentó el politólogo Fernando Giraldo. La alianza de gobierno se quedó con 28 de las 32 gobernaciones, el uribismo con dos y las otras dos fueron a postulantes independientes. La izquierda no obtuvo ninguna. Otro hecho relevante es que entre los gobernadores, alcaldes y ediles electos no son precisamente pocos los enjuiciados o acusados por vínculos con el narcotráfico o con grupos paramilitares de extrema derecha.

Por otra parte, estas fueron las elecciones “menos violentas” en décadas. Según la policía, hubo “60 por ciento menos de hechos de violencia” que en las de 2011. El más importante fue un ataque protagonizado por un frente del Eln en el que murió un militar. La misma guerrilla, que está en conversaciones preliminares con el gobierno para llegar a un acuerdo de paz similar al que negocian las Farc, mató el lunes a 12 militares y policías.

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