Uber contra el ser humano - Semanario Brecha

Uber contra el ser humano

Cifrado en 300 millones de dólares (aportados en partes iguales por ambos actores), el acuerdo fue pactado entre Uber, la trasnacional de transporte privado, y Volvo, la firma sueca fabricante de automóviles. Consiste en el desarrollo del modelo XC90 Suv, un flamante coche de conducción autónoma. En otras palabras: Uber y Volvo apuntan a la creación de un auto propio que se conduzca sin que nadie lo maneje.

A fines de este mes comenzarán las pruebas en Pittsburgh, Estados Unidos, a partir de las cuales se evaluará si los coches llegan por sí solos a los sitios que les indiquen los clientes. Esta primera flota de prueba contará con supervisores sentados en el asiento del copiloto, por si acaso hubiera alguna emergencia o un malfuncionamiento imprevisto. Los viajes serán gratuitos en esta primera etapa.

Que Uber es una multinacional que vela únicamente por sus propios intereses es algo de sentido común y que se sabe desde hace tiempo, pero sin embargo cada vez más usuarios optan por esta alternativa a los taxis tradicionales. El conflicto no sólo está instalado en el Uruguay, sino en todo el mundo, y es que para un sinfín de clientes trata de volcarse hacia el servicio más práctico y efectivo, con ventajas sustanciales como el hecho de evitar el intercambio de dinero, o el hecho de ya saber de antemano el costo del viaje, evitando así ser “paseados” por los conductores. Hay también quienes simplemente refieren a un mejor trato dentro de los coches de Uber.

Los problemas que hasta ahora ha traído Uber son los mismos que suelen venir adjuntos al neoliberalismo más salvaje, ya que propone una competencia injusta al imponerse en los países sin pagar seguros, aportes, tasas o impuestos, suponiendo un indisimulado reinicio a la desregulación absoluta. Cuando los gobiernos toman cartas en el asunto e imponen a la multinacional los pagos pertinentes, Uber decide si le conviene quedarse o retirarse del país en cuestión, siempre anteponiendo negociaciones y velando por un beneficio.

Así como en las grandes fábricas se buscan hoy las formas de sustituir a la mano de obra por autómatas, de la misma manera Uber investiga las formas de prescindir de sus mismos empleados. La noticia no sólo confirma las peores sospechas que recaían sobre la multinacional, sino que supone ahora un duro golpe para el millón y medio de conductores contratados por la flota en el mundo, quienes podrían perder su trabajo con una presteza similar a la forma en que lo obtuvieron.

Como señala el analista especializado en tecnología Matt McFarland en CNNMoney, para Uber “dominar el manejo autónomo es un asunto de sobrevivencia. Competidores como Google, Ford, Tesla, Lyft y GM expresaron ya interés en ofrecer viajes en autos sin conductor. Estos recorridos se perfilan para ser más baratos para los consumidores, ya que no hay necesidad de pagarle a un chofer. Si Uber no adopta el tránsito autónomo, y ofrece su servicio a un mejor precio, dejará de estar entre la preferencia de las personas”. Es decir, Uber no es sólo una multinacional desbocada, sino que además son las mismas leyes del mercado las que la empujan a prescindir del ser humano, para sobrevivir. Es decir, el mercado ha creado un psicópata a escala masiva.

A fin de año, Volvo habrá producido el primer centenar de coches autónomos, pero está claro que esto es sólo el comienzo.

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