Talento y temperamento - Semanario Brecha
Cultura Suscriptores

Talento y temperamento

El talento de Dahd Sfeir (1932-2015) estaba acompañado por un poderoso temperamento que la voz recogía y aumentaba, al tiempo que el cuerpo se movía con la energía, la majestad, la sensualidad o los arrebatos que el personaje de turno le dictaba.

Foto: Oscar Bonilla

De cerca la llamaban Ducho, un apodo realmente diferente en estas tierras. Su poseedora, al contrario de tantos actores que prefieren hacerse conocer por nombres sencillos de recordar, había decidido no cambiar el otro, es decir, el suyo original. Y así fue. Tanto en Uruguay como en España, Venezuela, Cuba, Suecia y demás lugares que visitara dentro o fuera del exilio, la gente sabía que se llamaba Dahd Sfeir y que, antepasados libaneses a un lado, venía de este lado del Río de la Plata. Perteneció a la generación de China Zorrilla, Antonio “Taco” Larreta, las Estelas (Medina y Castro), Candeau, Guarnero, la Santullo, Schinca y Berto Fontana, la de los grandes talentos para el gran teatro. El de ella estaba acompañado por un poderoso temperamento que la voz recogía y aumentaba, al tiempo q...

Artículo para suscriptores

Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social

Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.

Suscribite ahora

¿Ya sos suscriptor? Logueate

Artículos relacionados

Edición 2005 Suscriptores
Los asentamientos en el último año de la administración de Lacalle

Lejos del cero

Edición 2005 Suscriptores
Auge y caída del promotor de barrios privados Juan Balsa

Problemas de flotación

Edición 2005 Suscriptores
El Ministerio del Interior admite irregularidades policiales en los casos de Aguiar y Penadés

Contra las cuerdas

Edición 2005 Suscriptores
Con el exdirector de la Policía Nacional Mario Layera

«Volvimos al pasado»

Edición 2005 Suscriptores
Siguen en aumento los casos de violencia contra niños, niñas y adolescentes

La escalada