En los últimos años se ha empezado a hablar de un retroceso en la globalización a raíz del fortalecimiento de los nacionalismos y de algunas políticas de reindustrialización en países que habían trasladado su capacidad industrial a otras regiones, en particular el sudeste asiático (como el caso de los programas de fortalecimiento industrial de Estados Unidos en los períodos de Trump y Biden). Además, la compleja situación geopolítica provocó que incluso aquellos que otrora eran férreos promotores de la globalización, como George Soros (The Wall Street Journal, 6-IX-21) o Larry Fink,1 señalen el fin de esta tendencia; o que, en la última edición del Foro Económico Mundial se debatiera acerca de un supuesto proceso de desglobalización.2
Pero, a pesar de que el modelo de globalidad liberal oc...
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