No llegaban a ser las 11 de la noche del 21 de noviembre y todo pasó muy rápido. Cuando quisieron acordarse, un vecino filmaba a los gritos y una vecina se acomodaba el tapado celeste de lanilla. «¡Esta es la Policía que tenemos!», gritaba el vecino con el celular en la mano, mientras en el piso, a no más de 4 metros, cinco policías golpeaban sin motivo a un joven. Primero, fueron dos golpes en el abdomen bajo. Cuando cayó al suelo, lo esposaron, pero continuaron golpeándolo. La nariz fracturada no le permitía respirar y tragaba sangre. En el video del vecino puede verse como, esposado y ensangrentado, lo llevan agarrado del cuello, asfixiándolo. Se puede escuchar el pedido de socorro: «Ayuda», un susurro. El primer policía que había comenzado a golpearlo, acorralándolo contra el patruller...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate