La irrupción de plataformas digitales de streaming –emisión continua– cambió completamente la forma en la que se organiza y consume música a escala global. En solo dos décadas, los discos en soporte físico y la escucha radial quedaron relegados a un segundo plano como los canales para unir a usuarios y músicos. El cambio fue global y explosivo. En 2003 casi la totalidad de los ingresos de la música grabada en el mundo fue por la venta de álbumes en formato físico; fueron unos 20.000 millones de dólares los producidos por esta vía. Casi dos décadas después ese número se redujo a poco más de 4.000 millones de dólares. En contrapartida, los ingresos de las plataformas pasaron de ser insignificantes en 2006 a representar más de 17.000 millones de dólares el año pasado.
Uruguay, por supuesto, n...
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