En junio de 1946, la casa de Doña Canô y José Telles Velloso vivió la llegada de una nueva integrante a la familia. Era la séptima hija de la pareja, luego de Nicinha, Clara, Mabel, Rodrigo, Roberto y Caetano. Se trataba de una niña y había que nombrarla. «Cristina», propuso alguno de sus hermanos; «Gislaine», dijo otro. Caetano tenía 4 años y ya se había encariñado con un bello vals compuesto por el músico pernambucano Capiba y cantado por Nelson Gonçalves que sonaba mucho en las radios por esos días. Se llamaba «Maria Bethânia»: «Maria Bethânia, tu és para mim a senhora de engenho./ Em sonhos te vejo, Maria Bethânia, és tudo que eu tenho», sentenciaban sus primeros versos. El niño propuso que su hermana se llamara como la mujer adorada en la canción; para definir el asunto, el padre escr...
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