La expectativa de si el 10 de enero juraría como jefe de Estado en Venezuela quien la gobierna desde 2013 o si lo haría el opositor Edmundo González, exiliado en España y actualmente de gira por América, se disolvió con la investidura de Nicolás Maduro para un tercer sexenio consecutivo, lo que lo llevaría a dirigir al país al menos hasta 2031. Lo hizo a pesar de que nunca el Consejo Nacional Electoral, en manos del oficialismo, como los demás poderes nacionales, publicó desagregados los resultados de la elección presidencial del 28 julio de 2024, como fue usual en decenas de otros comicios venezolanos y como reclamaron gobiernos vecinos y distantes, instituciones internacionales y, por supuesto, sus oponentes.
El contraste se divulgó hasta el cansancio: Maduro reivindicó obtener 53 por ci...
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