No es una novedad que el sistema de protección estatal para niños, niñas y adolescentes se encuentra en un estado crítico desde hace ya varios años. A la vez, la cantidad de situaciones detectadas en las que los pequeños necesitan estar lejos de sus hogares de origen, para que se preserven sus derechos, aumenta. Al día de hoy, se habla de unos 8 mil menores que viven bajo el paraguas estatal. Este número, sin embargo, no se ve acompañado de un aumento en recursos humanos en el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) que pueda hacer frente al crecimiento. No hay suficientes duplas técnicas, psicólogos, educadores ni personal calificado para trabajar con esta población que llena los centros de protección.
El ingreso al INAU presenta un cuello de botella, en el que los llamados ce...
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