La posibilidad del horror - Semanario Brecha
Premio Alfaguara de Novela 2025

La posibilidad del horror

El escritor argentino Guillermo Saccomanno, ganador del último premio Alfaguara, es autor de más de nueve novelas, un corpus dedicado a historiar la violencia política de su país durante distintas etapas.

Círculo de Lectores

El jueves 23 de enero fue otorgado el Premio Alfaguara de Novela. Activo desde 1998, el galardón supone la edición simultánea de la novela ganadora en los países de habla hispana, además de un suntuoso premio en efectivo. Las bases indican que, para poder presentarse, la novela ha de ser en español, inédita y ajustarse al «concepto comúnmente aceptado de novela».1 Se trata de premios que funcionan, entre otras cosas, como acciones promocionales –permiten a las editoriales llamar la atención mediática y generar así éxitos de ventas–, y, bajo estas condiciones, la evaluación de estas obras siempre implica una razonable cautela.

Este año, el jurado a cargo del premio estuvo conformado por la cineasta Paula Ortiz, la escritora y periodista Leila Guerriero, la escritora Andrea Stefanoni y el periodista Manuel Jabois. El ganador fue Guillermo Saccomanno (Buenos Aires, 1948), asiduo colaborador de Página 12 y escritor muy prolífico. Saccomanno no es ajeno a los premios literarios: obtuvo, entre varios otros, el Premio Nacional de Novela por El buen dolor en 2000, el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral por El oficinista en 2010 y el Rodolfo Walsh por su crónica Un maestro en 2011. Si bien su carrera literaria se inaugura en 1984 con Prohibido escupir sangre, es a principios de los dos mil que comienza a publicar de manera más sistemática. Si con El buen dolor ya es reconocido en Argentina, en 2003, cuando inaugura la llamada trilogía de la violenciaLa lengua del malón (2003), El amor argentino (2004) y 77 (2008)– su fama ya es internacional.

Narradas por un profesor homosexual y «cabecita», sus novelas narran distintos episodios de la historia argentina: la primera, en el 55, con el bombardeo a Plaza de Mayo. El profesor Gómez, caracterizado como un hombre tímido –y, en ocasiones, cobarde–, se mueve por la novela como un voyeur: es un acumulador compulsivo de material bibliográfico y un narrador incansable de vidas ajenas. Su contraparte, Lía, una periodista de izquierda, judía y lesbiana, es quien guía el relato. Enamorada de la esposa de un militar, Lía es también quien condicionará la vida de Gómez para siempre: cuando este, un escriba minucioso, se despacha con un pequeño ensayo sobre Stevenson y pretende mandarlo a la revista Sur, la reacción de Lía es lo que lo enferma y lo introduce en una espiral de enorme culpa y nerviosismo. Delia, amante de Lía, es la autora de la novela erótica La lengua del malón, que, a su vez, presta nombre a la novela de Saccomanno.

La lengua del malón pretende ser, en principio, una reescritura de La cautiva, de Esteban Echeverría, al igual que la obra de Saccomanno es una reescritura de ciertos acontecimientos históricos. Jugando con figuras como las de Victoria Ocampo y Borges, colocándolas en el medio de los acontecimientos políticos e involucrándolas, por ejemplo, en el atentado a Plaza de Mayo, Saccomanno pretende jugar con el lugar de la literatura en la historia. De la misma manera, en El amor argentino intenta establecer un vínculo entre el escritor Roberto Arlt y Eva Perón, y en 77, procura introducir a Gómez en el universo de las detenciones y las desapariciones de la última dictadura: en una Buenos Aires plagada de Falcon verdes, el profesor entra en contacto con distintos jóvenes que de una forma u otra son tomados por las manos de los militares y los desaparecidos.

Pero el problema de esta trilogía tiene que ver con la forma en que los episodios históricos son narrados: sus personajes, demasiado solemnes, chocan con un territorio construido a medias, casi inocentemente. La violencia que atraviesa la narrativa se enfrenta a lugares comunes sobre la dictadura, sobre los jóvenes militantes y sobre la propia homosexualidad del protagonista, que, absorbido por su deseo, se contradice constantemente. Esto no supondría un inconveniente si la narración no cayera demasiado a menudo en afectaciones como: «En la letra siempre hay una verdad». O, en el caso de una conversación entre padre militar e hijo subversivo: «Ahora tengo que salir –dijo el capitán–. Tengo una cena con camaradas. Tómese su tiempo, pero cuando yo regrese, espero no encontrarlo. Antes, fue usted el que abandonó esta casa. Ahora soy yo el que lo echa».

En 2010, el argentino ganó el Biblioteca Breve de novela de Seix Barral por El oficinista. Ambientada en una Buenos Aires casi apocalíptica, la novela acerca la historia de un fracasado oficinista que, casi sin darse cuenta, comienza una aventura con la secretaria del lugar en el que trabaja. La ciudad, opresiva y plagada de atentados, deshumaniza a quienes la habitan: sin nombre, todos parecen ser reemplazables. Hay algo perturbador en la manera en la que la ciudad es representada, atravesada todo el tiempo por estallidos de violencia. Los personajes están atrapados dentro de un universo de burocracia sangrienta. La represión y el miedo anidan en cada uno de los adjetivos utilizados, hasta en las propias escenas sexuales y en la vida hogareña. A diferencia de 77, aquí hay una aproximación mucho más certera de narrar la dictadura. Sin reflexiones sobre la naturaleza de la crueldad, la forma en que están construidos los paisajes en los que el oficinista se mueve y la representación de los personajes –cada uno adscribe a un diferente arquetipo– traducen una posibilidad literaria más interesante.

En 2012, Saccomanno fue premiado por Un maestro, crónica en la que toma la voz de Orlando Nano Balbo, maestro detenido durante la dictadura del 75. El autor conoce a Balbo durante la colimba, antes de comenzar la dictadura, y pierden el contacto luego de que Balbo es detenido por militar en la Juventud Peronista. La crónica parece estar compuesta por mails enviados por Balbo a Saccomanno.

En 2013 vuelve a ser premiado con el Hammett por su novela Cámara Gesell, un largo libro en el que, de forma coral, se va formulando la vida de una población mentada como «la Villa», donde conviven políticos y abogados corruptos, narcotraficantes, delincuentes de talla menor, prostitutas e inmigrantes. Si bien no hay un hilo conductor que unifique las distintas historias, la extensa novela conquista un universo cerrado y bien construido, algo parecido al infierno, donde los asesinatos, las violaciones y la violencia por la violencia pautan cada una de las acciones humanas. El narrador, que cada tanto parece surgir entre la multitud de voces, nunca es identificado; se trata más bien de un constante observador de todo lo que sucede en la Villa, y un conocedor de primera mano de la intimidad de sus habitantes.

La novela premiada de Saccomanno, que llegará a librerías el 20 de marzo, se llama Arderá el viento y, según declaró el escritor, «es la historia de una degradación. […] Más que de grieta, prefiero hablar de lucha de clases. Y creo que la ecuación que mueve este país y este mundo es sexo, dinero, poder. Creo que este es el nudo de la novela». 

  1. premioalfaguara.com/bases. ↩︎

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