Son las 6 de la tarde del último día de junio y el Instituto Uruguayo de Meteorología anunció otra noche de frío polar. En el local de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social (ATSS), en la calle Fernández Crespo, casi Paysandú, la Olla Popular Palermo abrió las puertas hace dos horas. «Acá colaboramos entre todos», dice un señor sentado en la punta de una mesa larga. A su lado, hay un latón verde con varios zapallos cabutiá. La cadena de trabajo la conforman unas diez personas más que van cortando verduras en tablas de plástico para luego pasarlas a la olla donde se cocina el guiso.
Cinco años pasaron desde que la pandemia irrumpió y llevó a cientos de personas a arremangarse y prender el fuego para ayudar a quienes habían perdido la posibilidad de contar con un plato de comid...
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