Estuvo en el nudo de la cultura de su país por seis décadas. Se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires en tiempo récord. De estudiante, había tenido experiencia en edición en el Centro de Estudiantes de Derecho, y con el título en mano entró a trabajar en la editorial de Jorge Álvarez –ese emporio de creatividad de los años sesenta–. Se dio cuenta de que lo suyo no era el derecho. Poco después, en 1966, con Oscar Finkelberg, también abogado, ambos con 25 años, decidieron crear una editorial.
Contaba que el nombre de la editorial lo propuso Pirí Lugones (esa armadora cultural sin par de los años sesenta). Cuando escuchaba los planes, les dijo: «Ustedes quieren una flor de editorial». Así surgió el nombre de Ediciones de la Flor, a la que poco después se sumaría Ana María Kuki ...
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