Hilos del pasado - Semanario Brecha
Teatro. Murmuria. Historias en cautiverio

Hilos del pasado

Difusión, Camila Suárez.

La invitación de esta pieza1 es a compartir un espacio subterráneo con cuatro mujeres, presas políticas todas ellas, y a transitar, en extrema cercanía, algunos momentos de su vida cotidiana. Eso es lo que se propuso la Compañía Verdeteatro en este trabajo que requirió de una importante investigación documental, realizada junto con mujeres que vivieron el cautiverio durante la dictadura. A partir de talleres vivenciales –en los que utilizaron técnicas de teatro y otras expresiones artísticas–, el colectivo creó esta dramaturgia colectiva que dio como resultado la historia de una singular convivencia durante el encierro forzado.

La directora, Camila Carbajal, quien también actúa, ya había dirigido en este mismo espacio (la casona de la Asociación de Estudiantes y Profesionales Católicos) su obra anterior, Inédita María Eugenia. Esta vez elige el espacio del subsuelo, donde ubica a pocos espectadores por función para vivir –con la proximidad necesaria– algunos momentos de una sobrevivencia en colectivo.

El espacio elegido es un acierto y aporta verosimilitud a la experiencia: todo sucede en una locación de espacios reducidos, con paredes que dejan ver sus años. A su vez, se trata de un espacio cercano a la casa de Bulevar Artigas y Palmar (antiguo centro clandestino de detención y tortura) y al sitio de memoria Elena Quinteros, casona en la que hoy funciona una mutualista y antes supo ser la embajada de Venezuela, donde la maestra fue secuestrada en 1976.

Hay una lograda ambientación que comienza con un delicado trabajo sonoro, y que ubica y rememora, en forma casi documental, aquel espacio de encierro. A lo largo de la pieza, el sonido, a cargo de Marcelo Gonnet (los silencios, el silbido de las canciones de resistencia, la superposición de susurros y voces, entre las que se cuentan las de las ex-presas), resulta decisivo.

Las cuatro actrices (Cecilia Argüello, Victoria Astorucci, Lucía Calisto y Camila Carbajal) se ubican entre las paredes, cercanas al público, para ir desgranando pequeñas memorias de los momentos vividos y algunos flashbacks relacionados con la pérdida de los vínculos familiares (la imposibilidad de criar a sus hijos o las peripecias de los familiares para llegar los días de visita y poder acercarles alimentos). Una vez establecido el adentro y el afuera, los personajes guían a los espectadores hasta dos pequeños calabozos. Allí las presas narran sus miedos, pero también sus sueños, mientras la lana, elemento escénico que inunda todo el espacio, va tejiendo las historias de un colectivo especialmente resiliente.

El montaje no busca caer en el dramatismo ni concentrarse en el dolor; tampoco elige representar de forma directa la tortura, aunque esta se hace presente mediante coreografías. El lenguaje actoral busca la cercanía con el público –en especial, desde la mirada– y se advierte una composición que deliberadamente elige un tono lento y medido. Las palabras hablan de emociones: la experiencia del miedo o la búsqueda de estrategias de supervivencia. Entre visita y visita, el colectivo busca en la unión la posibilidad de transitar los días.

La pieza corteja aquel tiempo de espera y cautiverio en el que la creatividad y el intercambio resultaron absolutas herramientas de supervivencia (crear y escribir historias o cartas, silbar canciones, pensar recetas, celebrar cumpleaños). Los vínculos entre ellas, además, están metaforizados en los coloridos ovillos que quiebran con el gris del lugar y en la estética general del vestuario. La lana recorre tapas de bitácoras y mantas de retazos como herramienta expresiva de resistencia en el silencio obligado del encierro.

La compañía estrenó esta pieza el 14 de marzo, día en que se conmemoraron los 40 años de la liberación de los últimos presos políticos en nuestro país. Además de los talleres con ex presas políticas, las actrices ensayaron en el sitio de memoria excárcel de Cabildo, algo que nutrió y fortaleció la experiencia escénica. En el proyecto teatral del grupo hay interés por seguir trabajando con la memoria, esta vez sobre hechos y momentos históricos no del todo saldados en nuestro país.

  1. Domingos de octubre, 19 horas, Asociación de Estudiantes y Profesionales Católicos, Bulevar Artigas 1327. ↩︎

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