—¿Seguramente te habrán preguntado mucho, por estos días, qué te decidió a dejar la gestión del Museo Nacional de Artes Visuales [MNAV]. Yo te voy a preguntar qué te llevó a aceptar esa responsabilidad hace 15 años.
—Son lindas ambas preguntas. Yo trabajaba en el museo desde hacía muchos años, transité por parte de la gestión de [Ángel] Kallenberg, por la de Jacqueline Lacasa y la de Mario Sagradini, estas dos últimas de períodos breves, 18 meses cada una. Todos fueron recorridos muy diferentes, además. En el 2010, en un momento en que la institución queda acéfala, Hugo Achugar me ofrece la dirección, inicialmente en forma provisoria. Lo dudé muchísimo porque mi actividad en ese momento estaba muy anclada en el circuito independiente y esto era totalmente diferente. Y ahí, Hugo me recordó ...
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