Una emergente figura de la televisión fue convocada para una obra de teatro, su desfachatez y popularidad lo hicieron una opción indiscutible. El resto del elenco, que ya tenía renombre en los escenarios, lo componían China Zorrilla y Taco Larreta. La obra adaptaba un texto de Serafín J. García, «Los partes de Don Menchaca», tarea que había sido encomendada a un dramaturgo que había saltado a la fama con La ranas y El gran Tuleque, llamado Mauricio Rosencof. Luego de los ensayos, Cacho y el Ruso, tipos amantes de la noche, se juntaban en los boliches a celebrar una incipiente amistad. Una mañana, Cacho llegó al teatro y alguien le dio la noticia: «Están todos detenidos». Se los habían llevado, en una de las tantas razias. Más adelante supo que su amigo era uno de los líderes del Movimiento...
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