Las violencias y el tránsito uruguayo
Desde hace un buen tiempo la inseguridad se ha instalado como la peor pesadilla de las urbes, cada vez más temerosas, medicalizadas y desconfiadas. No se necesita siquiera aclarar a cuál de todas las inseguridades que acompañan la existencia humana refiere esa porfiada preocupación que surge una y otra vez en las encuestas. En el imaginario colectivo dominante en el Uruguay del siglo xxi el miedo a la muerte se personaliza en un ladrón o asesino violento, desconocido, probablemente menor de edad, con su rostro a resguardo de una capucha de cangurito o un gorro de visera. En este país la tasa de homicidios es de ocho por cada 100 mil habitantes. O si se prefiere la óptica de los números absolutos: en 2013 fueron 258 personas las que fallecieron por est...
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