La bossa nova ha sido un género tan abusado, que es muy difícil hoy encontrar, no ya algo que suene original o nuevo, sino que tenga al menos un interés suplementario al de la simple recreación de las mismas ideas repetidas en estos 50 años, por más bellas que éstas sean.
La cantante, compositora y guitarrista brasileña Rosa Passos es una de las pocas excepciones, aunque no se trata para nada de una artista nueva. En verdad su caso es muy especial, ya que si bien hace música desde fines de la década de 1960, su carrera se desarrolló muy lentamente, con varias pausas y a la vez, saltos muy importantes.
Nacida en Bahía en 1952, Passos empezó a tocar el piano a los 11 años, pero lo abandonó por la guitarra al escuchar la música de Dorival Caymmi y, especialmente, la de João Gilberto. Empezó a presentarse en vivo en 1968, ganando un festival organizado por la Rede Globo en 1972, con una canción de su autoría que escribió bajo seudónimo. Pero no grabó su primer disco hasta 1979, dejando pasar luego otros nueve años para editar su segundo álbum Amorosa, un homenaje explícito a su ídolo João Gilberto.
Ese fue el álbum que situó a Passos como una continuadora de la bossa nova, focalizándose en la faz de intérprete y guitarrista.
A fines de la década de 1990 comenzó una carrera internacional seguramente inesperada para la artista, entrando al mundo de los festivales de jazz europeos y estadounidenses. Tocó con Paquito D’Rivera, grabó un álbum a dúo con el contrabajista Ron Carter (Entre amigos, en 2002), fue invitada por el violoncelista Yo-Yo Ma para cantar en el disco Obrigado Brazil, saliendo luego de gira con él, y actuó y grabó con el legendario Henri Salvador.
En un género musical lleno de excelentes intérpretes, Passos se destaca no sólo por su afinación perfecta y su canto chiquito pero sumamente expresivo, sino por combinar la larga tradición de cantantes femeninas brasileñas con la veta más jazzera. Si en Brasil dicen que Rosa Passos es la João Gilberto femenina, en otros lados las comparaciones se dan con Billie Holliday y Shirley Horn.
Quizás la mejor muestra del talento de Passos pueda escucharse en el disco Rosa de 2006, grabado sólo con su voz y su guitarra, con un repertorio de clásicos de bossa, temas más contemporáneos, varias composiciones propias y hasta una versión de un tema de Jorge Drexler (“Fusión”).
El año pasado Passos editó Samba Dobrado, su disco número 17, dedicado íntegramente a la música de Djavan. Este es el disco que la trae a Montevideo, donde actuará mañana,1 acompañada por Lula Galvao en guitarra, Paulo Paulelli en bajo, Celso de Almeida en batería y el uruguayo Jorge Reinoso en piano.
1. Sábado 13 de setiembre, Teatro Solís, 20.30 horas. Abrirá el espectáculo Fernando Torrado Parra como artista invitado. Las localidades van de 1.650 a 950 pesos.