El circo, forma de expresión escénica milenaria, está presente en culturas tan dispares entre sí como las de Oriente y Occidente. Los griegos y los romanos supieron desarrollar su Estadio Olímpico y su Circo Máximo, respectivamente, arenas donde se desplegaban habilidades, los guerreros se entrenaban, había duelos mortíferos y rituales religiosos con fines festivos. Hay algo mágico y ritual en aquellos números que han atravesado los tiempos. Los cómicos trashumantes, la pantomima como lenguaje artístico, la poesía de los juglares y los saltimbanquis, el misterio de los prestidigitadores y los malabaristas, el despliegue de los domadores y sus animales forman parte de una tradición que se trasmite mediante el linaje. En 1770 un inglés, Philip Astley, creó la forma circular de la pista, heredera del picadero donde adiestraba a sus caballos para pruebas ecuestres, dando origen al primer circo moderno. En el Río de la Plata el circo supo adquirir una forma propia y criolla, piedra fundadora del teatro, y los responsables de su desarrollo fueron los famosos hermanos Podestá, allá por fines del siglo xix. La característica que diferenciaba a nuestro circo de las tradiciones europeas era su división en dos instancias: una exhibición de destrezas y el posterior desarrollo de un drama criollo. Es un mojón de las artes escénicas autóctonas la representación de Juan Moreira, de Eduardo Gutiérrez, en 1886. La carpa se transformó pronto en símbolo popular e itinerante.
Hoy el circo dista de aquella forma de expresión, aunque algunas manifestaciones conservan el espíritu del fundacional estilo de los Podestá, caso del Circo Moriáh de la familia Olguín, que mantiene la tradición de la expresión circense y la representación en dos números diferenciados con el desarrollo del drama criollo.
En la actualidad el circo se trasladó de la carpa a los grandes galpones y dejó de lado las historias criollas para volcarse a diferentes disciplinas corporales presentadas habitualmente en formato de varietés. Existe un circuito montevideano conformado por varios grupos con sedes propias y largas trayectorias que presentan números breves o grandes espectácu-
los en espacios cerrados con identidad propia, donde el circo se desarrolla como disciplina artística, filosofía de vida y área profesional. Uno de los sitios emblemáticos es El Picadero (Uruguayana 3836, esquina Zufriategui), autogestionado por un grupo de artistas como asociación civil sin fines de lucro, que funciona desde 2005 para el desarrollo de las artes circenses, siendo el primer espacio creado con estas características. Allí se investiga, se entrena y se intercambian saberes sobre las diferentes disciplinas vinculadas al circo, y aloja a varias compañías residentes (como Las Margaritas, El Itinerante Circo Sonante, Siza). El grupo organiza ahora el Primer Festival Internacional de Circo de Montevideo (fic), que se realizará entre el 13 y el 21 de setiembre.
En el festival intervendrán más de 100 artistas de 15 compañías provenientes de Uruguay, Brasil, Argentina, Colombia y Chile. Los espectáculos presentados serán de interiores –sala Hugo Balzo del Auditorio Adela Reta, el teatro Victoria, el Museo del Carnaval–, y a cielo abierto, en el Jardín Botánico. La organización de un festival de estas características implicó un gran esfuerzo para el colectivo de El Picadero, que viene trabajando hace años en ello, en busca de generar intercambios con compañías extranjeras para mejorar la profesionalización en el área. El fic ganó el fondo Iberescena y consiguió además el patrocinio del Municipio C.
En los siete espectáculos extranjeros y siete nacionales que se presentarán habrá lugar para la varieté circense, donde diversos artistas harán sus números individuales. También se dictarán seis talleres con temáticas como cintas aéreas, acrobacia de dúo, malabares, clown y laboratorio de creación para todas las disciplinas. Participarán, entre otros, Otavio Fantinato y Camille Bastos, de Brasil, y Óscar Rojas de Colombia. También se desarrollarán varias mesas redondas –en Centro Cultural España y en el Instituto Nacional de Artes (Inae)–, como la titulada “Circo y educación: relaciones históricas y tensiones actuales”.
Entre los espectáculos que se verán se encuentra Equilibrio, de El Itinerante Circo Sonante (Uruguay); Zoom, de La Gata Cirko (Colombia), Sonatina, del Circo Da Vinci (Argentina), ¡Cuidado! Un payaso malo puede arruinar tu vida, del reconocido payaso Chacovachi (Argentina), y una Varieté internacional que podrá disfrutarse en el teatro Victoria. La lista de espectáculos con sus horarios y salas y las actividades, como talleres y mesas redondas, pueden consultarse en la página web www.ficmontevideo.com. Las entradas, a 250 pesos, pueden adquirirse por Red Uts.