Nacida en Paysandú, desde hace ya un buen tiempo afincada en Montevideo, Laura González Cabezudo ha venido moviéndose con buena aceptación en el ámbito de la música popular con especial énfasis en la canción de raíz folclórica. Egresada de la escuela del Teatro Circular, tiene entonces un pie en las artes escénicas y otro en la música popular.
A la fecha lleva editados dos cedés. El primero, Baúl de viaje, fue lanzado por el quijotesco sello independiente Perro Andaluz en 2008. El segundo, Vengo, es una producción independiente del pasado año.
Baúl de viaje estaba absolutamente jugado a la interpretación de grandes nombres del cancionero latinoamericano, como Atahualpa Yupanqui, Daniel Viglietti, Víctor Jara, Violeta Parra, Aníbal Sampayo y Osiris Rodríguez Castillos entre otros. Vengo, por el contrario, cambia el enfoque radicalmente, ya que es un “disco de autor” con temas propios en letra y música, con la única excepción de una composición de Sampayo.
Las letras de González Cabezudo son sencillas y sensibles, señalándola como una atendible autora de textos. Las melodías que les dan soporte son sin embargo algo monótonas e iguales entre sí, pese a la diversidad rítmica donde hay balada, milonga, chacarera o baguala, entre otros ritmos.
La composición de melodías, entonces, es un rubro donde Laura debería trabajar mucho más, si de encarar una carrera como autora de su propio material se trata.
El intento de Vengo parece emparentarse con lo logrado en un género de algún modo similar por Ana Prada, también sanducera y autora de sus propias canciones en veta folclorística, aunque con mayor seducción, madurez y matices.
Laura es una cantante de agradable timbre, con una voz pequeña y de clara emisión. Por momentos no se decide entre cantar “liso” o encarar un vibrato decidido. Ese vibrato no totalmente logrado coloca su voz en una posición algo incómoda, dando una cierta rigidez a la interpretación en la que ciertas notas largas suelen “calarse” levemente con cierta vacilación en la afinación. De todos formas, son salvedades menores y detalles que seguramente podrán ser superados en breve.
El repertorio del disco funciona mejor cuando hay ritmos más connotados con lo uruguayo, como la milonga y ciertos reflejos tangueros, y no tanto cuando aborda géneros del norte argentino como la chacarera y la baguala, que registran antecedentes monumentales como Mercedes Sosa o Suna Rocha.
De todas formas el disco se escucha con agrado, en su minimalismo vocal y también instrumental, ya que en general los arreglos se basan en guitarras y flauta y en ocasiones percusión adicional, bajo y bandoneón, interpretados con mesura y sencillez.
Se destacan en forma especial canciones como “Lo que queda de todo”, “Hasta los huesos” –de atmósfera tanguera y contando con el talentoso y joven bandoneonista Leonel Gasso–, la tierna “Pequeña canción para ahuyentar al cuco” y el rasguido doble “Sobre paso”, además de una correcta interpretación del bellísimo valsecito “Mi fortuna”, del legendario Aníbal Sampayo.
Vengo redondea un interesante trabajo y es un trampolín de lanzamiento de Laura González Cabezudo como autora, quien seguramente superará a futuro el nivel mostrado en este disco. Éste será presentado en la Sala Zitarrosa el viernes 19 de setiembre, para luego salir de gira por Latinoamérica con presentaciones en Perú, Venezuela y Colombia.
Eduardo Rivero
Vengo. Laura González Cabezudo. Estudios Orión, 2013.