El ex presidente Nicolas Sarkozy, en su empeño por volver a la primera fila de la política francesa, no ha dudado en sumarse a la ola de homofobia que recorre Francia y que parece haber arraigado con fuerza en los sectores más conservadores. En un acto de Sens Commun, movimiento político vinculado a la Ump y nacido al calor de las movilizaciones contra el matrimonio igualitario, Sarkozy ha prometido derogar la ley si llega de nuevo al poder. La declaración parece un movimiento táctico para hacerse con el favor del sector más conservador de su partido frente a su gran rival interno, Alain Juppé, que se ha posicionado a favor del matrimonio igualitario y de la adopción homoparental.
En el acto participaban los tres candidatos a la presidencia de la Ump, el principal partido de la derecha francesa: el propio Sarkozy, Hervé Mariton y Bruno Le Maire. El lobby homófobo francés reclamó a los tres candidatos que se posicionaran frente al matrimonio igualitario. Fue entonces cuando Sarkozy prometió la derogación: “He dicho que la ley debe ser reescrita de cabo a rabo, pero si prefieren digo que lo que hay que hacer es derogarla para hacer una nueva, en francés es lo mismo. Si así les parece mejor, eso cuesta poco”, declaraba el ex presidente entre los vítores de un público entregado.
Sarkozy vinculó su rechazo al matrimonio igualitario con su rechazo a la homoparentalidad. Conviene recordar, en este punto, que no sólo la Ump sino el propio gobierno socialista de Manuel Valls rechazan tanto la apertura de la reproducción asistida a las mujeres lesbianas (que deben viajar para ello a países vecinos, como Bélgica o España, y que sólo muy recientemente han visto parcialmente confirmado por la justicia francesa su derecho a verse reconocidas como madres de los hijos así concebidos) como la gestación subrogada.
LUCHA POR EL PODER. Pero el verdadero destinatario de la jugada era el principal rival político de Sarkozy, Alain Juppé, que aunque no se presenta a dirigir la Ump tiene intención de presentarse a las primarias para ser el candidato presidencial en 2017 (lo que en definitiva es también la gran ambición política de Sarkozy). Juppé, que además de sempiterno alcalde de Burdeos ha ocupado varias carteras ministeriales y ha sido primer ministro, está considerado el político más popular de su partido, y las encuestas le dan como el actual favorito de los electores de la centroderecha frente a Sarkozy.
Y es que Juppé se ha mostrado abiertamente favorable al matrimonio igualitario y a la adopción homoparental. Juppé comenzó su “proceso” publicando en octubre de 2012 una entrada en su propio blog en la que contaba que después de reunirse con activistas Lgtb comprendía sus puntos de vista, añadiendo que aunque él hubiera preferido una ley de unión civil no se oponía al matrimonio igualitario. Entonces decía oponerse, sin embargo, a la adopción homoparental. Hace dos meses afirmaba ya con claridad que el matrimonio igualitario estaba integrado en la sociedad francesa y se mostraba opuesto a la reescritura de la ley, para finalmente, este 12 de noviembre, declararse favorable a la adopción homoparental después de un proceso de “madura reflexión”.
Las declaraciones de Sarkozy han recibido críticas de varios compañeros de su propio partido, instalado en una situación de permanente esquizofrenia en lo que al matrimonio igualitario se refiere. Como son los casos de la antigua portavoz de Sarkozy y ex candidata de la Ump a la alcaldía de París Nathalie Kosciusko-Morizet, que en su momento se abstuvo en la Asamblea Nacional cuando se votó la ley de matrimonio igualitario (y que ya hace más de un año advirtió que no se puede engañar a los electores prometiendo una marcha atrás que no es viable), de la ex ministra de Familia Nadine Morano, y del senador conservador y abiertamente gay Roger Karoutchi, todos ellos reconocidos “sarkozystas”.
Este último, que ha opinado incluso que la derogación de la ley sería inconstitucional, se ha mostrado favorable sin embargo a una reforma legal que cierre definitivamente las puertas al acceso de las mujeres lesbianas a la reproducción asistida o de cualquier pareja a la gestación subrogada. Un nuevo y lamentable ejemplo de que se puede ser abiertamente gay y contrario a los derechos Lgtb.