La batalla mediática entre el grupo Clarín y el gobierno K sigue cobrándose víctimas. A las 13 horas del jueves 16 la justicia realizó un allanamiento en la casa del periodista Víctor Hugo Morales a raíz de un juicio que le sigue Clarín por el uso presuntamente indebido de imágenes televisivas de la final intercontinental entre Boca y Real Madrid en 2001. Los derechos de televisación del partido estaban en manos de Cablevisión, empresa del grupo, y el periodista uruguayo pasó los goles en su programa Desayuno, de la televisión pública. La empresa inició un juicio y recién el pasado jueves un oficial de justicia y los abogados del grupo Clarín se hicieron presentes en la casa del relator para verificar que sus bienes alcanzan a cubrir los 820 mil pesos (casi 80 mil dólares) que la sentencia provisoria estipula.
El anuncio del allanamiento ganó las pantallas de los portales interactivos de Clarín y La Nación, que divulgaron la noticia con estruendo y motivaron la solidaridad de la presidenta Cristina Fernández con el relator, desde un acto público en campaña. Los periodistas volvieron a dividirse exponiendo las razones de su apoyo o crítica en operaciones de montaje en las pantallas de televisión y los programas de radio. Es que a la ya conocida crítica de Morales al grupo Clarín expresada en dos libros, Un grito en el desierto (1998), en el que critica el negocio monopólico de la empresa, y Audiencia con el diablo (2014), en el que divulgó detalles de su enfrentamiento con Clarín, se le suma ahora la aparición de Mentime que me gusta (2015), donde analiza los efectos del mensaje de los medios hegemónicos, en especial de Clarín, sobre la sociedad.