Sudán del Sur dejó hace poco de ser el país más nuevo del mundo. La semana pasada un hombre llegó a una región sin reclamar entre Croacia y Serbia, puso una bandera y proclamó la fundación de un nuevo país: Liberland. Ahora, cientos de miles han solicitado ciudadanía.
El pequeño país se ha formado a partir de una suerte de broma de su actual presidente y fundador, el ex ciudadano checo Vit Jedlicka. Miembro del Partido de Ciudadanos Libres, de tendencia liberal y euroescéptica, Jedlicka decidió instalarse en un pequeño territorio sin reclamar como forma de protesta política.
Una vez Jedlicka publicó su idea, ganó enorme apoyo y ahora el nuevo país cuenta con una bandera, un escudo y un lema: “Vive y deja vivir”. Además tiene una página en Facebook, varias cuentas de Twitter y un sitio web.
“Quería fundar un país distinto, donde se vivieran todas las libertades, fuera del alcance de las fuerzas políticas, y que existe en otras partes del mundo, como Singapur o Hong Kong, pero no en el centro de Europa”, dijo Vit Jedlicka a Bbc Mundo. Entonces se puso a buscar un sitio adecuado. Y lo encontró en la antigua Yugoslavia, despedazada en los años noventa por un conflicto feroz que le dio luz de nuevo a las antiguas repúblicas que allí coexistían. Sin embargo, después de la separación de los países y la respectiva repartición de tierra quedaron seis quilómetros cuadrados que nadie reclamó. Están situados en la frontera entre Serbia y Croacia –dos de los seis países que se formaron tras la disolución–, pero no dentro de sus territorios. Tampoco en el del vecino Hungría.
Entonces, bajo el precepto de “terra nullius” (tierra de nadie), en ese pequeño espacio de mundo Vit Jedlicka fundó el pasado 13 de abril la República de Liberland. Los fundadores iniciales se propusieron reunir a un grupo de 5 mil intrépidos pioneros para forjar esta nueva utopía libertaria y han recibido 250 mil respuestas hasta el momento. Un pequeño grupo de voluntarios está eligiendo a los mejores candidatos entre los postulantes.
Un reportaje que publica la Bbc sobre el nuevo país explica cómo Jedlicka cumplió con los requisitos para fundarlo. Reclamó la posesión de la tierra, plantó una bandera y formó un gobierno: fue elegido presidente con los votos de su pareja y el amigo de infancia que lo había acompañado en el viaje. Pero sus nuevos vecinos no se pusieron tan contentos: el gobierno de Croacia calificó la fundación de Liberland como un “chiste”, y Serbia afirmó que lo que había hecho Jedlicka era un “acto de frivolidad”. “Una cosa es lo que dicen, otra es lo que hacen. Estamos en un intenso diálogo con ellos para que reconozcan nuestro reclamo”, dijo el flamante mandatario con país propio. “Por ejemplo, Croacia ya dispuso en los límites con Liberland una serie de efectivos de la policía para que nadie pase desde su país hacia nuestro territorio.” Su aspiración no se concentra en los alrededores. Desde hace un mes lanzó una fuerte campaña diplomática para que Liberland sea reconocido como un nuevo país. “Hemos tenido diálogo con al menos 20 países que están dispuestos a reconocer nuestra soberanía. Pero tenemos que crear una logística propia de un Estado”, dijo desde su oficina en República Checa.
Uno de los asuntos fundamentales de una nación es su pueblo. Por esa razón los tres “liberlandianos” iniciaron en sus páginas de Internet y de Facebook una fuerte campaña para que la gente se haga ciudadana de Liberland. “Hasta ahora hemos recibido 360 mil solicitudes de personas que quieren ser parte del nuevo país. También de muchos voluntarios que quieren venir a construir las primeras edificaciones”, dijo Jedlicka.
Los riesgos en la formación de una ciudadanía también están latentes: con la amenaza de grupos insurgentes islamistas en Europa, expertos de seguridad alertan que un nuevo territorio en el corazón del continente, organizado al margen de muchas reglas de la UE, sería un lugar ideal para ejecutar un plan de ataque. “Vamos a realizar un cuidadoso proceso de otorgamiento de la ciudadanía a las personas que se han postulado a través de nuestra página de Internet. Esperamos dar nuestras primeras 100 ciudadanías próximamente, después de que los solicitantes cumplan todos los requisitos”, sentenció el presidente.
A pesar de que su fundador ha enviado las solicitudes a distintos países, como Estados Unidos, Francia y Japón, e incluso a las Naciones Unidas, sólo el reino de Sudán del Norte ha reconocido a Liberland como un país. Entre las reglas para los futuros ciudadanos están: no ser comunista y no ser nazi, carecer de antecedentes penales y respetar a rajatabla la propiedad privada, “que es intocable”, según su página web.
La página declara que Liberland pretende ser un ejemplo de “libertad económica y personal, la cual está garantizada por la Constitución”. Incluso hay gente que considera a este país un nuevo paraíso fiscal. Los ciudadanos de esta naciente nación esperan instalar servidores, una bolsa de valores, una normativa empresarial muy ligera y desean carecer totalmente de impuestos.
Puede que no haya agua potable ni electricidad, pero Jedlicka se mantiene optimista: usarán energías renovables. “Necesitaremos energía solar para instalar nuestros servidores y nuestros sistemas de telecomunicación –dijo Jedlicka al canal Vice–. También usaremos generadores tradicionales cuando reparemos el edificio que hay allí, pero el potencial energético de Liberland es casi ilimitado, ya que está a orillas del Danubio.” No quieren usar energías renovables por un ideal o un principio, sino que simplemente no hay una red a la cual conectarse. “Es la opción más lógica –dijo–, nos tomaría años conectarnos a Croacia.”
(Tomado de www.publico.es, por convenio.)