La grave crisis económica que sufre España tiene un triste símbolo: los desahucios. Detrás de esa palabra se esconden miles y miles de dramas familiares, con personas que optaron por suicidarse antes de que la policía y los jueces las echaran de sus viviendas. La lucha contra esa injusticia ha tenido un símbolo de resistencia: su nombre es Ada Colau, tiene 41 años y en 2009 empezó a luchar contra los bancos que dejaban sin casa a quienes no podían pagar las hipotecas.
Siete años y varias luchas después, Colau ocupa el puesto de alcaldesa de Barcelona. Accedió al cargo en las elecciones municipales de mayo pasado, en las que encabezó la lista de la plataforma ciudadana Barcelona en Comú. Desde entonces se ha convertido en una de las principales referencias de la izquierda catalana. Con su popularidad en aumento, aceptó sumarse a la candidatura de Podemos por la provincia de Barcelona en las elecciones generales del pasado 20 de diciembre. Lo hizo desde un lugar simbólico: su nombre apareció en el último lugar.
Distintos analistas coinciden en señalar que el éxito de Podemos –que consiguió ubicarse como la fuerza más votada en Cataluña– se ha debido en gran parte a la alcaldesa. Su figura gana acciones con el paso de los días, y ya hay quienes auguran que podría superar las fronteras de Cataluña. Y ahora ha dado un paso trascendental: esta misma semana, coincidiendo con el primer aniversario de Barcelona en Comú, Colau anunció la creación de un nuevo partido político. El proyecto aún no tiene nombre, aunque su promotora dejó claro que será un espacio de confluencia de las izquierdas que respetan el derecho a decidir de Cataluña, pero que también otorgan prioridad a las políticas sociales.
A la hora de dar el anuncio la alcaldesa se rodeó de sus principales colaboradores. También estuvo Xavier Domènech, diputado electo por En Comú Podem –la marca de Podemos en Cataluña– y posible ministro de Plurinacionalidad en un hipotético gobierno nacional conformado por el Psoe y Podemos. Su nombre lo barajó el propio Pablo Iglesias –líder de esta última formación– en la presentación de su oferta pública a los socialistas. Sin embargo, el “efecto Colau” podría ubicarlo fuera de la estructura de Podemos.