“¿El acceso al cuidado de la salud gratuito debe dársele a todos, independientemente de sus elecciones en estilos de vida?”, es una entre las preguntas que integran la macro encuesta lanzada por el Instituto Europeo para la Ciencia, los Medios de Comunicación y la Democracia (Eismd), una red de organizaciones que incluye a 25 universidades europeas, grandes empresas como Google y Bayer, y 16 medios de comunicación como El País y el Frankfurter Allgemeine.
La encuesta ha sido lanzada con el apoyo de la Unión Europea, que estima que el 86 por ciento de las muertes son causadas por enfermedades crónicas, las cuales suponen casi el 80 por ciento de los presupuestos de salud de la Unión. Se trata de dolencias como el cáncer, la diabetes, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y los problemas de salud mental. La iniciativa recuerda lo que sostiene la Organización Mundial de la Salud: que evitando el tabaco, el alcohol y la comida basura, y haciendo 30 minutos de ejercicio físico cada día podrían prevenirse hasta el 80 por ciento de los nuevos casos de enfermedades de corazón, ataques y diabetes tipo 2.
Otra pregunta que formula la encuesta: “¿Es autoritario promover estilos de vida saludables? ¿O un gobierno que no lo haga es culpable por negligencia?”. Lo que llama la atención son tres hechos.
El primero es que sea la derecha y el gran empresariado quienes lanzan la iniciativa, entre ellos el diario El País que titula el anuncio de la encuesta: “¿Deben tener sanidad gratuita los fumadores, los obesos y los bebedores?” (El País, 3 de marzo de 2016). Es evidente que no es la calidad de vida de la gente común lo que les preocupa, sino el gasto en sanidad, como bien lo dicen en otros apartados de la encuesta.
El segundo punto a destacar es que se deja de considerar al adicto como víctima para convertirlo en victimario. Desde siempre, en los sectores populares se consideró al alcohólico, por ejemplo, como una víctima de un sistema opresor y la bebida como el refugio de personas desdichadas que –además de convertirse en golpeadores, llegado el caso– encuentran de ese modo un alivio a los dolores del alma.
El tercero es que es un ataque en toda regla a los sectores populares. Todos los datos sostienen que la mayoría de los bebedores, los fumadores y los obesos se reclutan entre los de abajo, por razones obvias que cualquier persona comprende. Pero ahora también se los culpabiliza del déficit fiscal. De más está decir que los individuos que habitan una sociedad nunca serán todos sanos y eficientes, ni tendrán la autoestima por las nubes.
Sería necesario agregar dos adicciones de las que nunca se habla, pero que ya es de común conocimiento que generan los mayores desastres de la humanidad: el deseo de poder y la ambición de acumular dinero. ¿Y si se le hincara el diente a esas drogas duras?.