No abundan los álbumes de dos CD en la música popular uruguaya. La pequeñez del mercado inhibe a los sellos editores de arriesgar ediciones que, obviamente, tienen alto costo de producción y obligan al potencial cliente a una erogación más grande que lo habitual.
Sin embargo, el sello Ayuí ha tenido un buen éxito con dos ediciones dobles: Suena candombe, de 2010, una deliciosa antología del tradicional ritmo afrouruguayo, y Montevideo en canciones, de 2013, realizada en colaboración con la Intendencia de Montevideo, un excelente compendio de canciones que hablan de lugares y personajes de nuestra capital. Seguramente animado por esos éxitos, Ayuí editó recientemente este Alma de murga, que incluye en sus dos cedés nada menos que 43 temas.1
No es el propósito de esta nota hacer la historia de un género que se ha metido desde hace un siglo en el alma de los uruguayos. No insistiremos, entonces, con el origen español del canto coral acompañado de percusión, ni hablaremos de La Gaditana como primera murga uruguaya. Diremos, sí, que es un género muy nuestro y que se diferencia netamente, en espíritu y en estética, de la llamada “murga argentina”, por ejemplo, que se parece más a un camión de militantes con bombos de barrabrava futbolera que a un coro afiatado entonando canciones de humor y feroz crítica social, como sucede de este lado del Plata.
Para todos quienes amen el ritmo marcha-camión y vibren con los coros potentes y afinados, este doble disco es absolutamente ineludible.
La sola enumeración de los artistas y canciones rebasaría los límites de este espacio. Diremos que la cuidadosa y sapiente selección implica un amplísimo panorama artístico que va desde las murgas propiamente dichas a cantantes y grupos que vienen del folclore, el rock o la balada, pero que escriben e interpretan canciones ingresando en la tradicional rítmica murguera.
Hay momentos antológicos de murgas muy queridas, como Contrafarsa, Los Diablos Verdes, Curtidores de Hongos, A Contramano y La Matiné, con presentaciones, retiradas y cuplés memorables. Nombres del peso de Jaime Roos, Mauricio Ubal, Pepe Guerra, Daniel Viglietti, Rubén Olivera, Jorge Lazaroff, Dino, Larbanois-Carrero, Jorge Galemire y Eduardo Mateo. Y sorpresas varias a cargo de gente como Esteban Klísich, Tunda Prada, Jorge di Pólito, Carlos “Pájaro” Canzani, Carlos Quintana, Fernando Ulivi o Washington Carrasco y Cristina Fernández, entre muchos otros.
Es un disco que invita al disfrute y a la vez un homenaje al mundo carnavalero y a aquellos discos pioneros de la “murga canción” nacida cuando Los Olimareños, en su disco Cielo del 69, grabaron “Al Paco Bilbao”, de Ruben Lena. Recordemos que al año siguiente Los Olimareños se despacharon con el monumental e influyente disco, que hizo historia, Todos detrás de Momo, también sobre textos de Lena, del mismo modo que Jaime Roos lo hizo poco después con algunas de sus canciones iniciales, como “Cometa de la Farola” o “Retirada”, para luego solidificar su obra con otras canciones carnavaleras memorables, como “Los futuros murguistas” o “Brindis por Pierrot”. Asimismo cabe señalar que “A redoblar”, de Mauricio Ubal y Rubén Olivera, himno de la resistencia cultural a la dictadura incluido en el presente disco, se basó en un clásico ritmo murguero de marcha-camión.
Este es, entonces, un disco doble variado, vibrante, multicolor y tremendamente disfrutable que merece no ser pasado por alto. n
- Alma de murga. Artistas varios. Ayuí, 2015.