Que el chocolate al ser ingerido genera una sensación de placer y bienestar es algo bien conocido por todos. Se cree que al derretirse en la boca, las papilas sensoriales detectan el sabor y el cerebro libera endorfinas (sustancias producidas por la glándula pituitaria y el hipotálamo). Las endorfinas mejoran el humor, reducen el dolor y la ansiedad, pero también suelen ser estimulantes; cuando los atletas sienten la liberación de endorfinas como producto del ejercicio físico suelen ser estimulados a rendir más, como si les hubiesen inyectado energía. Pero, en teoría, con la ingesta de chocolate además se produce la liberación de serotoninas, lo que explica que sea uno de los alimentos favoritos de personas con tendencias depresivas. El chocolate puede dar cierta sensación de calma, e incluso hay quienes afirman que puede ser un sustituto del sexo al aliviar sentimientos negativos, como la sensación de rechazo o abandono.
Según relata el diario británico Daily Mail, en varios círculos nocturnos de Bélgica y Alemania se ha impuesto la moda del consumo de chocolate vía nasal, e incluso algunos pubs proponen fiestas temáticas que lo ofrecen en sustitución del alcohol o las drogas. Además de ser legal, el cacao puro “esnifado” genera una sensación de euforia que, según relatan algunos consumidores, no decae en la noche, siendo sus efectos mucho más rápidos e intensos que mediante la ingesta. Una máquina diseñada por el maestro chocolatero belga Dominique Persoone ya se ha comercializado y vendido en su país y en Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, India y Rusia, y cuenta con dos pequeñas prominencias que se adaptan a las fosas nasales y una palanca para catapultar el polvo dentro de la nariz. De hecho, ya existen algunos gourmets que al polvo de cacao puro le agregan pequeñas dosis de canela, gengibre, menta seca, chile –este último produce una fuerte irritación– y otros sabores.
En cuanto a los posibles efectos negativos de esta clase de consumo, aún no existen estudios que midan su impacto a nivel nasal, cerebral o pulmonar, por no hablar de posibles reacciones alérgicas. Pero algunos científicos llaman la atención sobre los daños que en general produce cualquier polvo al ser inhalado, ya sean fármacos, rapé, cocaína o chocolate. En un principio pueden dañar los pelos microscópicos o cilios y las mucosas nasales, impidiéndoles funcionar correctamente, así como impedir su cicatrización.