Mauricio Macri recibió en la Quinta de Olivos a Michel Temer, ex vicepresidente y actual presidente de Brasil. Del lado de afuera del largo paredón, un grupo autoconvocado de brasileños residentes en Argentina hizo una performance que tuvo un símbolo muy claro: las ratas. Los carteles son grandes, coloridos y claros en el mensaje. Dicen: “Fuera Temer golpista” y “Amor sin Temer”. Los escribieron los miembros del Colectivo Passarinho, un grupo de 50 brasileños que viven en Argentina. Son jóvenes, la mayoría estudiantes, y se conocieron y convocaron por las redes sociales. Desde marzo realizan acciones frente a la embajada de Brasil para visibilizar y manifestarse por la situación política de su país de origen.
Gaia es una joven estudiante que vive en Argentina hace seis años y participa activamente del colectivo desde sus inicios. Comenta sobre el comienzo de las acciones: “El movimiento surgió cuando llevaron a Lula a dar su testimonio de forma forzada y de una manera horrible mediáticamente. Nos dimos cuenta de que la cosa se estaba agravando y que se iba a dar la aprobación del impeachment. Algo teníamos que hacer, entonces armamos un evento por Facebook y nos juntamos para informar a la comunidad internacional de lo que sabíamos que pasaba”.
João tiene alrededor de 30 años y vino a Argentina en enero a estudiar español. Dice sobre el origen del colectivo: “Cuando empezó el proceso de impeachment los brasileños que vivimos en Buenos Aires vimos la necesidad de juntarnos y hacer algo. Tratar de hacer presión y difundir esa situación desde acá. Ahora con el golpe y todo lo que pasó seguimos en la calle denunciando al gobierno golpista y tratando de articular con organizaciones de acá para hacer acciones. No nos podemos quedar quietos porque además entendemos que esto es un cambio político en la región. Un cambio para políticas neoliberales que no podemos soportar”.
Los miembros del Colectivo Passarinho se autodefinen como un colectivo poético-político no partidario y comentan que todos tienen distintas historias y tiempos viviendo en Argentina. Algunos militaban antes, aunque para varios el colectivo es su primera experiencia política.
“Nosotros nos comunicamos y convocamos por las redes sociales. Mucho por Telegram. Tuvimos que elegir entre que nos vigile Obama o Putin, y elegimos Putin”, se ríe Gaia, cuando cuenta las decisiones sobre la forma de organización. Agrega: “También hacemos reuniones quincenales de la agrupación. Hay gente que nunca militó antes y gente con mucha experiencia: eso se comparte y es muy rico”.
João suma: “Somos pocos los brasileños en Argentina. Como no teníamos mucha fuerza de movilización popular nos dimos cuenta de que el arte, la performance y el escrache nos servían para llamar la atención”.
Hicieron cientos de ratas con virulana metálica, muy reales a la vista, y las colocaron en la puerta de la Quinta de Olivos cuando los funcionarios estaban adentro. Hubo sectores de la prensa y gente en las redes sociales que por un momento creyeron que se trataba de roedores muertos.
Gaia dice al respecto: “Pensamos qué era lo que simbolizaba a Temer, y enseguida apareció la imagen de la rata. Por cobarde, traidor, sucio y que se esconde. Hicimos más de 200 ratas. Yo sola hice 80”.
Las próximas semanas van a realizar una nueva performance que simbolizará la unión de Latinoamérica: un gran mapa con las regiones latinoamericanas cosidas entre sí, para cerrar las venas abiertas.
(Tomado de Mu, Buenos Aires, por convenio.)