Una ministra sueca que viajó esta semana a Gran Bretaña se declaró asombrada por lo que le contaron varios ciudadanos suecos radicados en ese país. Según le dijeron, a partir de la victoria del referéndum por el Brexit en junio pasado –el referéndum en el cual se votó por una salida de la Unión Europea– los suecos residentes en Gran Bretaña habían comenzado a recibir comentarios negativos y preocupantes, o incluso xenófobos. A una sueca empleada en un banco británico, por ejemplo, una compañera de trabajo británica le dijo ”yo voté por el Brexit para que vos te fueras de acá”. En Gran Bretaña hay unos 100 mil suecos y como la población de ese país es 20 veces mayor que la de Uruguay, los 100 mil suecos en Gran Bretaña corresponderían a unos quinientos en Uruguay, cantidad que no difiere mucho de la realidad.
Tres años atrás Gufran Al-Nadaf, la embajadora sueca en Uruguay (dicho sea de paso, hija de refugiados iraquíes e iraníes que llegaron a Suecia en los setenta, junto a miles de refugiados argentinos, uruguayos y chilenos), inauguró un encuentro en Montevideo entre autoridades locales y expertos suecos en la recepción de refugiados con el objetivo de ayudar a Uruguay a preparar el recibimiento de refugiados sirios. Ese año (2014) Suecia había recibido 81.300 solicitudes de asilo político, en 2015 recibió 162.900 y en 2016 unas 29.900. Buena parte de esos candidatos a refugiados eran sirios y muchas de esas solicitudes fueron denegadas pero, entre todas ellas, el año pasado Suecia accedió a concederle refugio a unas 67.260 personas. Si todo fuese perfectamente igual y los refugiados se distribuyeran equitativamente por el mundo, a Uruguay, con una población tres veces menor que la sueca y un territorio igualmente vacío, le habrían correspondido unos 22.500 sirios sólo en 2016.
Las cosas en el mundo no funcionan tan tonta y caprichosamente como para poder predecirlas con una simple regla de tres, pero este cálculo podría servirnos para reflexionar sobre la aparente antipatía mediática y popular frente a los refugiados sirios en Uruguay, que sí recibió mucha atención de la misma prensa uruguaya que prefiere guardar silencio sobre los suecos.