Los Oscar son un evento que trasciende al cine, porque el cine en general trasciende al mismo cine. Pero sus premiaciones nunca cumplen con las expectativas. Por segregacionistas, o por hacer chistes malos sobre asiáticos, o porque las mujeres nunca ganan a mejor directora, en fin, que no es fácil satisfacer al mundo entero, pero va siendo hora de hacer foco en algunas curiosidades.
Las doctoras en filosofía Stacy L Smith y Katherine Pieper, junto a Marc Choueiti, integrantes de la Iniciativa Medios, Diversidad y Cambio Social, de la Escuela de Comunicación y Periodismo Annenberg de la Universidad del Sur de California publicaron en febrero de 2017 un informe sobre los sesentones, especialmente sesentonas, subestimados en las películas nominadas al Oscar.
Las mismas autoras habían publicado en 2014 “Desigualdad de género en las películas populares. Examinando los patrones de representaciones en pantalla y detrás de escena entre 2007 y 2013”. Del estudio se desprendía que en las películas estadounidenses sólo 30,9 por ciento de los personajes con parlamento son mujeres (en Brasil ascienden a 37,9 por ciento, en India bajan a 24,9 por ciento). De un total de 1.452 cineastas a los que se les conoce el género, 20,5 por ciento son mujeres y 79,5 por ciento son hombres. En esa muestra analizada se encontró que de esas mujeres 7 por ciento eran directoras, 19,7 por ciento guionistas, 22,7 por ciento productoras y 13,9 por ciento productoras ejecutivas. Curiosamente, en Uruguay es diferente: hay muchas productoras y pocas directoras, aunque no hay estudios al respecto.
En las películas con directoras o guionistas mujeres se incluyen más personajes femeninos en relación con aquellas comandadas por hombres (el cine es muy jerárquico). Las mujeres ganan, sin embargo, en cuanto a las oportunidades de aparecer desnudas o con ropa seductora, y tienen cinco veces más posibilidades de ser mencionadas como atractivas. Cuando se trata de representar a fiscales o jueces, los hombres ganan por 13 a uno, los profesores son 16 hombres por cada mujer, los médicos son cinco a uno, y cuando se trata de las famosas tecnologías de la información y la comunicación (Tic) (o sea, los personajes se dedican a la ciencia, la tecnología o la comunicación) la proporción es de siete hombres por cada mujer.
Como para cualquier espectador, lo que ven las niñas y las mujeres de los personajes en la pantalla es un determinante de sus aspiraciones. Cuando de ficción se trata, “proyectar” no es únicamente un verbo técnico.
El nuevo estudio, publicado recientemente, sigue a los personajes mayores de 60 años en los 25 filmes nominados a mejor película en los últimos tres años. Se analizaron los personajes de cada película con diversos indicadores y atributos. Sólo 148 de los 1.256 (11,8 por ciento) personajes con parlamento tienen más de 60 años, de los cuales 77,7 por ciento son hombres y 22,3 mujeres (89,9 por ciento son blancos, latinos no hay, y tampoco personajes mayores de 60 que sean Lgbt).
Vale mencionar que de los 1.108 personajes menores de 60 años, 69,3 por ciento son hombres y 30,7 mujeres.
De los 29 personajes protagonistas o coprotagonistas sólo uno tiene más de 60 años, en las películas corales sólo uno de cada seis es mayor de 60, y eso sucede sólo dos veces, con Michael Keaton en Birdman y Spotlight.
Se señala además que de los personajes “senior”, 75,5 por ciento de los hombres tienen un trabajo reconocible en la ficción mientras que los personajes femeninos lo tienen sólo en el 42,2 por ciento de los casos. El poder, por supuesto, está asociado a lo masculino, sólo un personaje femenino trabaja en una posición de alta influencia, es decir una proporción de 33 a 1.
El estudio analiza también los comentarios sobre la vejez, el envejecimiento y la muerte; cuando se quiera saber qué se premia en un filme, el link (annenberg.usc.edu/MDSCI) está a disposición para estudiar porcentajes y representatividad.