Si cada género o corriente musical puede reducirse a un puñado de ideas comunes, de clichés para el trasiego de periodistas y encargados del marketing de sellos discográficos, el rock progresivo, ese subgénero del rock que nació entre mediados y finales de la década del 60 en el Reino Unido, derramándose luego por otras partes del mundo, genera no pocos problemas. Resumir el prog a las obras de tres bandas emblemáticas del género como Yes, Genesis o Emerson, Lake and Palmer es tan peligroso como evocar, ante su mera mención, la idea de álbumes conceptuales y virtuosos y extensos, muy extensos, solos de teclado.
En el primer tomo de Vendiendo Inglaterra por una libra. Una historia social del rock progresivo británico, Norberto Cambiasso adensa la trama del género con un apabullante estudio sobre las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales en la que el prog comenzó a leudar para luego crecer, manifestarse en toda su plenitud y, claro está, decaer. En el primer tomo de su magistral estudio, Cambiasso no deja frente sin cubrir; el soporte documental es impresionante: parece ser que leyó cuanto libro, artículo, reseña y pasquín barrial se escribió sobre el tema; rescata del más ignominioso olvido la voz de periodistas y editores que se refirieron al asunto en su momento y arroja nueva luz sobre bandas tan olvidadas en el presente que su simple pronunciación desafía al melómano más constante (Rain-
bow Ffolly, Deviants, Sunforest, entre muchísimas otras).
Conocedor y degustador del género, Cambiasso nunca cae en la obsecuencia o en la adulación –el eterno problema de los biógrafos de estrellas musicales–, no dudando en enfrentar a hachazo limpio a, por ejemplo, Paul Hegarty y Martin Halliwel, autores del imprescindible Beyond and Before: Progressive Rock since 1960s, quienes ensalzan, con justeza según la humilde opinión de este escriba, el carácter pionero de ese maravilloso álbum conceptual de The Moody Blues, editado en el mes de noviembre del luminoso año del Señor de 1967: Days of Future Passed. “El relato canónico procura demostrar que esa combinación un tanto forzada de poesía ampulosa, armonías vocales, un pop de bajas calorías, arreglos orquestales dignos de un film de Doris Day y un mínimo esqueleto conceptual determinaría los pasos futuros del rock sinfónico.”
Este primer volumen de la historia del rock progresivo que emprende Norberto Cambiasso arranca con el análisis detallado de dos discos claves en la transición de la psicodelia a lo que luego pasaría a definirse como prog: el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de The Beatles, aparecido en junio de 1967, y el The Piper at the Gates of Dawn, de Pink Floyd, que viera la luz dos meses más tarde. Si la figura –la obra, la impronta, la genialidad– del malogrado Syd Barrett se constituye en protagonista del inicio mismo de la historia del rock progresivo que emprende Cambiasso, su presencia (o ausencia) se torna elemento determinante para comprender el derrotero de Pink Floyd a partir de A Saucerful of Secrets (1968), álbum editado un par de meses después que el autor de la maravillosa “Astronomy Domine” se viera obligado a abandonar el grupo. “Hanging on in quiet desperation: Pink Floyd y la vía inglesa al declinismo”, el capítulo sexto de Vendiendo Inglaterra… conforma un verdadero tratado sobre la conversión que emprendió la banda artífice de The Wall tras la salida de Barrett, o de cómo Roger Waters y compañía comenzaron a elaborar “cuidadísimas catedrales de sonidos que abarcaban álbumes completos y los situaban en las antípodas de aquella irreverencia e improvisación de sus inicios, cuando por una breve temporada supieron convertirse en los adalides sónicos de la ‘sociedad alternativa’”. Otros dos sendos capítulos, también abrumadores en soporte documental y capacidad argumentativa, le dedica Cambiasso a Yes y Emerson, Lake and Palmer.
De consulta obligatoria para amantes del rock a secas, pródigo en anécdotas y datos precisos para cultores del prog y de lectura amena para cualquier interesado en los fenómenos culturales del siglo XX, esta primera entrega del estudio emprendido por Norberto Cambiasso sobre el rock progresivo se lee con deleite, impulsado por una prosa precisa y cuidada, no exenta de humor y de una cuota justa de irreverencia.