Tiene 30 años, estudió literatura inglesa en Arkansas y derecho en Texas, y se define como libertarian, incluso como anarquista. Dice que su ídolo es Julian Assange, el fundador de Wikileaks, y que se formó leyendo a Pierre Proudhon y a Jean Baudrillard. Del anarquismo, Cody Wilson, uno de los nombres en boga en Estados Unidos en estos meses, tiene una idea tan vaga como la que tiene de los objetivos de Assange y Wikileaks: más bien nada. Piensa que el Estado “debe estar lejos de todo”: del “control de la vida de la gente” y del control de la economía, que cuanto más flaco sea mejor para todos. Y que se debe dejar a “los ciudadanos la libertad de hacer todo lo que quieran, sin limitación alguna de ningún tipo”. A eso se limita su visión del “anarquismo”. Las redes sociales, Internet, reino...
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