Cuando el gobierno italiano presentó en setiembre sus previsiones económicas y el borrador de su presupuesto para 2019, a la Comisión Europea se le pusieron los pelos de punta. El Ejecutivo formado por la ultraderechista Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas (M5E), fuerza “ni de derechas ni de izquierdas” nacida en 2007 para luchar contra la corrupción del sistema político, pretendía disparar el gasto público –a través de un aumento masivo del déficit– para cumplir con un programa que mezclaba aumento del gasto social y recortes de impuestos para las empresas y los contribuyentes más ricos.
Parecía la única manera para poner de acuerdo a los electores de la ultraderechista y xenófoba Liga, que tiene su bastión en el rico norte y un electorado formado en su mayoría por autónomos y pequeñas...
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