Los ataques terroristas en Nueva Zelanda pusieron sobre la mesa el crecimiento de los grupos supremacistas blancos en el llamado “primer mundo”. Una ideología que se extiende y viene acompañada de violentos crímenes contra las minorías.
“Debemos
asegurar la existencia de nuestra gente y un futuro
para los niños blancos.” Este lema, conocido
entre los supremacistas como las “14 palabras”, acuñado por el nazi convicto
David Lane entre finales de los ochenta y principios de los noventa, podía
leerse en una de las armas que el asesino de Christchurch, Nueva Zelanda,
utilizó el pasado viernes 15 de marzo para sembrar el terror y acabar con la
vida de al menos cincuenta personas en dos mezquitas de la ciudad. En un
manifiesto publicado poco antes en una red social, el criminal aseguraba
inspirar...
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