A pesar de los recortes presupuestales, Bafici sigue teniendo el encanto de funcionar como única ventana para una enorme cantidad de realidades culturales del mundo, además de posicionarse como punto de encuentro y celebración para miles de cinéfilos latinoamericanos que lo esperamos durante todo el año.
El barrio de
la sede central de Bafici, en su
última edición, dejó de ser Recoleta para pasar a ser Belgrano. Los grandes
complejos de los shoppings no se rindieron ante las negociaciones con el
Gobierno de la Ciudad, y priorizaron sus recaudaciones normales a las que
podían provenir de un festival cuyas entradas son muchísimo más baratas que las
que se pagan en las grandes cadenas.
El Multiplex Belgrano recibió entonces a la camada de cinéfilos que,
en el precioso clima del otoño, rindier...
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