El proyecto Más Carnaval es una iniciativa del Sindicato Único de Carnavalerxs del Uruguay (Sucau), que se propuso generar nuevos espacios fuera de la estructura del Carnaval oficial, para que puedan actuar aquellos conjuntos que no pueden participar de los tablados por no formar parte del concurso.
La idea surgió hace dos años (momento en que se formó el sindicato) con la intención de autogestionar espacios abiertos y brindar más oportunidades de celebración, tanto para los colectivos participantes como para el público que, muchas veces, no tiene acceso a los tablados del circuito oficial, porque quedan lejos, porque son caros, porque no cuentan con accesibilidad. Después de mucho tiempo de trabajo sostenido, la comisión de Sucau encargada del proyecto, ya con la idea encaminada, hizo un llamado abierto tanto para quienes querían actuar como para quienes podían tener interés en organizar un tablado. Varios conjuntos, organizaciones barriales, cooperativas y clubes se mostraron interesados. La dinámica no es la de construir escenarios fijos: cada tablado es en una fecha y un lugar distintos. Los colectivos barriales arman los diferentes tablados junto con Más Carnaval, que organiza y coordina las fechas con los conjuntos. Cuando se abrió la convocatoria erancuatro los escenarios; hoy en día, contando el primero, que fue el sábado pasado en el parque Capurro, ya hay 12 eventos confirmados.
UN ANTES Y UN DESPUÉS. Hacía tiempo que el Carnaval de antes no se trasformaba en el de después.El tablado del parque Capurro fue el principio, fue lo que se llama un antes y un después. Un Carnaval de antes y uno de después, todo al mismo tiempo.
Cuando hablamos del Carnaval de antes, enseguida se nos viene a la cabeza lo de un tablado en cada esquina. Pero ¿será que esta forma de autogestión es el Carnaval a la antigua o es una nueva forma de Carnaval? Tiene mucho de aquel encanto y sencillez, pero creo que, con cierta inspiración en aquellos tiempos, Más Carnaval está planteando otra cosa, que convive con el Carnaval que ya existe, y a pesar de eso (o gracias a eso) elige maneras de funcionamiento distintas. Esa es una diferencia. Es un momento diferente al de los carnavales de los que se habla cuando se dice “carnavales eran los de antes”, porque el contexto cambió, hay una historia en el medio que tiene que ver con la relación entre el Estado y el Carnaval, la Intendencia y Daecpu, el tablado y el mercado, el concurso y el arte. Todo eso influyó en la decisión de inventar, ahora, un ritual diferente. Es algo nuevo porque hay sindicato, porque varios de estos conjuntos antes tuvieron la televisación y ahora pudieron elegir no elegirla. Porque tanto desde la organización como desde los conjuntos hay una voluntad expresa o explícita de que sea un Carnaval paritario, donde la variable de género sea tenida en cuenta a la hora de armar la programación y en cuanto a la defensa de una lógica colaborativa compartida con los feminismos. Es el Carnaval de ahora, en este contexto, con estas condiciones que hacen que se genere este hecho, que es artístico pero también es político, y que es una respuesta diferente a la pregunta de qué es el Carnaval. ¿El Carnaval no es dejar en evidencia al poder? ¿El Carnaval no es un momento de ruptura? ¿Pero es sólo un momento o también puede ser una construcción en el tiempo? ¿Es un momento o también es un espacio? El Carnaval es en febrero, digamos que ese es el tiempo. ¿Pero cuál es su espacio? Ese tiempo necesita más espacios, y ahora son los colectivos artísticos los que sienten la necesidad de generarlos, y están invitando a la gente de los barrios a hacerlo en conjunto. No están los nombres de los conjuntos en las pizarras de los tablados, se invierten los roles: en el pizarrón de Más Carnaval están los nombres de los barrios y los colectivos que organizan. Por eso es como antes, pero también como ahora y, fundamentalmente, como vaya siendo después.
La participación en el Carnaval uruguayo, ya desde los primeros desfiles, fue marcando la diferencia entre artista y público. Unos se suben y otros están abajo. A medida que fueron pasando los años la diferencia fue cada vez más grande, y desde hace un tiempo la división se fracciona aun más: de quienes se quieren subir, sólo algunos pasan la prueba de admisión, y, de quienes quieren estar abajo, sólo algunos tienen acceso al tablado. Este proyecto tiene algo de aquel espíritu de la Antimurga Bcg de jugar con el público, pero en este caso sería bajar del escenario para armar un tablado y después subir. Ese juego y ese trabajo en conjunto capaz que achican distancias entre artista y público, y ayudan a que el escenario no sea tan alto y lejano, ni la platea tan baja.
Dentro del colectivo Más Carnaval hay varias murgas jóvenes, que buscan espacios más allá del encuentro que organiza la Intendencia. También hay murgas de carnavales del Interior y otras que no pasaron la prueba de admisión. El proyecto nuclea diferentes generaciones y estéticas que no sólo comparten el escenario, sino también la organización de los tablados. Construir sin el concurso habilita otras posibilidades, otros intercambios. Esto también se da entre el público; es interesante pensar que alguien que va a ver a La Gran Siete vea a La Debutante, y alguien que va a ver a Mi Vieja Mula presencie lo que tiene para decir la Falta y Resto. Pero la red no es sólo entre los conjuntos, sino también en el vínculo con las organizaciones sociales. Ahí se da otro nivel de intercambio, porque esas organizaciones tienen relacionamiento con los barrios, entonces funcionan como nexo entre el proyecto y la gente de la zona.
COMO EL DÍA MÁS GLORIOSO. Lo que pasó el sábado 1 de febrero en el parque Capurro fue una demostración de que no hay una sola forma de hacer Carnaval y de que los hechos políticos concretos de colectivos organizados pueden modificar la realidad del Carnaval, en este caso no en fantasía, sino en otras realidades. Cuando todavía no había empezado la jornada, se veían varios niños y niñas en el piso pintando una bandera, otro subía la escalera del parque con trapos atados que después iban a ser una especie de escenografía. Una vecina llegó con una bolsa con cortinas viejas para la decoración, algunos arrimaron sábanas. Gente de distintas murgas cortaba más trapos y ataba banderines, la gente de la cooperativa armaba el sonido, por otro lado se preparaba la feria y una murga se maquillaba a la sombra. Mientras la presentadora y el presentador abrían el espectáculo, la escalera del costado, donde están las hamacas, era un hormiguero de gente. Como si cada uno de los que estaban allí se hubiera puesto de acuerdo con los demás para explicar que si hay tablado en el barrio, la gente va. Como brindando una respuesta concreta al comentario de que el barrio está bravo y que no se puede ni salir a la calle. Como agradeciendo el trabajo de hormiga de la cooperativa cultural. La gente pasaba sin rejas, sin vallas, sin entrada ni salida. Mucha gente con su reposera, un niño que andaba en bicicleta por adelante de la murga: mirar aquello era como ponerse unos lentes para volver a ver, al fin, un Carnaval sin tanta parafernalia.
A ese Carnaval más largo del mundo, que es tan largo pero a veces muy angosto, si se le agregan otras calles, otras diagonales, otros cruces, otras plazas, otras voces, quizás se pueda transformar en un Carnaval más abierto que estirado, más espontáneo que acicalado, más reposera que platea baja, más llano que pomposo, más modesto que gigante, más sencillo que monumental. El sábado en el parque Capurro, frente a la bahía, se lo vio más horizontal, más ancho que largo. Más Carnaval.
[notice]Próximos tablados, en febrero, de Más Carnaval
● Viernes 14
Convención 1165 / Jardín Pioneros de Artigas
Club Paysandú (coorganizado con el Tump)
● Sábado 15
Cantina Sócrates del Club Villa Española
Club Sportivo Artigas (Sauce)
● Domingo 16
Piedras 580 / Cooperativa de Viviendas Covipedro (coorganizado con el colectivo de cooperativas de Ciudad Vieja)
● Sábado 22
Parque Capurro
● Domingo 23
Club Social y Deportivo Unión de Toledo
● Jueves 27
Inju
● Viernes 28
Centro Juvenil Bella Italia
● Sábado 29
Club Artigas (La Teja)
Plaza Las Misiones
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